El consejero de Política Territorial e Interior del Gobierno de Aragón, Antonio Suárez, destacó ayer la importancia de la prevención en la montaña para evitar daños por aludes, como en el Pirineo oscense, donde se produjeron un total de 20 intervenciones por estas avalanchas durante el año pasado.

Suárez participó en un ejercicio práctico de prevención y evaluación del riesgo de aludes en las inmediaciones del Refugio de la Casa de Piedra en Panticosa, gestionado por la Federación Aragonesa de Montaña, donde está ubicada una de las estaciones de toma de datos en la que se realizan los cortes en la nieve y los test de estabilidad.

En el acto se dieron explicaciones técnicas sobre la evaluación de la posibilidad de aludes o avalanchas y se delimitaron los parámetros térmicos para conocer el riesgo por zonas durante esta estación a través de la medición de temperaturas, precipitaciones, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento y espesor acumulado de nieve.

ACTUACIÓN DE LA BENEMÉRITA Durante el 2013, en la provincia de Huesca se produjeron una veintena de intervenciones por parte del Instituto Armado en este tipo de operaciones, dando como resultado dos fallecidos y varios heridos de distinta consideración, según informaron desde el Gobierno de Aragón a través de un comunicado.

En esta línea de la prevención, los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil realizaron seis actuaciones referentes a aludes o avalanchas a lo largo de toda la cornisa pirenaica, principalmente en el Posets Maladeta, Cerler, Estós, Portalet o Formigal.

La elección de estos lugares no es casualidad. En ellos se concentran abundantes cantidades de nieve, de manera que se producen unas condiciones climáticas y meteorológicas que acaban siendo más favorables para que se produzca la formación de estos fenómenos.