A partir de este curso, los casi 500 alumnos de primer curso de la Facultad de Ciencias disponen de un tutor personal que les asesorará durante toda la carrera. El decanato detectó hace tiempo que un número considerable de estudiantes se estanca por falta de información y de motivación, algo que esta iniciativa pretende paliar. Esta posibilidad también se les ha ofrecido a los alumnos de tercer curso, aunque deben ser ellos los que comuniquen si quieren contar con este servicio.

Este programa de tutorización es una de las iniciativas contempladas en el Plan Estratégico de la Universidad de Zaragoza y que algún centro ha puesto en marcha de forma experimental. Ciencias ha decidido implantarlo ya en todas sus titulaciones (Física, Química, Geología, Matemáticas y Estadística), menos en Bioquímica, al ser un segundo ciclo, y dar así un importante paso hacia una enseñanza más personalizada.

La medida se acaba de poner en marcha. A los 486 estudiantes de la facultad se les ha asignado alguno de los 66 profesores que se han presentado voluntarios para ejercer como tutores (la facultad cuenta con unos 300 docentes). "El objetivo es orientar al alumno, guiarlo; en ningún caso se trata de controlarlo. Es un servicio más que pueden utilizar de forma libre", explicó a este diario María José Villacampa, vicedecana de Estudiantes.

En el decanato estaban convencidos de que había que hacer algo, porque notaban que un porcentaje notable de alumnos estaba muy perdido. "Existe mucha desorientación respecto al plan de estudios. El tutor puede ayudar al alumno a desentrañar la importancia de algunas asignaturas para que diseñe un currículum coherente, porque los estudiantes, a menudo, funcionan por rumores y cogen materias de oídas", añadió Villacampa.

Además, el tutor puede ser un referente, una figura que anime al estudiante a entregarse a sus estudios. "El tutor puede ayudar a los alumnos a canalizar mejor los esfuerzos, porque por desgracia hay muchos jóvenes que echan muchas horas pero no obtienen resultados porque hay algo que falla. En estos casos, la iniciativa puede ser de gran ayuda".

La vicedecana opina que las carreras de Ciencias son complicadas, "pero desde luego no son un muro infranqueable". Todas las carreras, menos Estadística, son de cinco cursos, y la media en la que los estudiantes suelen acabarla son seis o siete años, según María José Villacampa.

La responsable de Estudiantes cree que existen "estereotipos" sobre las titulaciones, y el de Ciencias es que "no tiene tantas salidas profesionales como las ingenierías". Por eso, el decanato ha percibido que en los últimos años ha ido llegando a la facultad "gente rebotada cuya nota no le permitía cursar otras carreras", lo que supone "un handicap" de entrada, ya que les falta motivación "y si se pierden desde el principio luego es muy difícil coger el hilo de la carrera". Este es otro de los retos.

Además, Villacampa destacó que esta experiencia será un "buen banco de pruebas" del Espacio Europeo de Educación Superior, el proceso de convergencia de todos los sistemas universitarios de la UE en el que se va a dar más importancia a lo que aprenden los alumnos que a los que enseñan los profesores.