Los proyectos de parques eólicos en Aragón y en España «se extienden como una pandemia».Así de contundentes se han mostrado entidades ecologistas como Amigos de la Tierra y la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar) al advertir que estas iniciativas empresariales parecen tener «carta blanca para introducirse en los más recónditos lugares para segar la vida de miles de animales, la mayoría protegidos por la ley».

Los datos que poseen estas asociaciones revelan una altísima mortalidad de aves y murciélagos en los parques eólicos y en los tendidos eléctricos de evacuación «sin que el Gobierno de Aragón tome medidas para evitarla». Por ejemplo, destacan que la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesosos (FCQ) ha denunciado recientemente que en seis meses han muerto por colisión o electrocución 162 aves en tendidos del norte de la provincia de Huesca.

Más allá de la situación aragonesa, los colectivos alertan de que España «tiene energía de sobra», y aun con todo, «existen proyectos de nuevos parques eólicos y centrales solares que no tendrán autorización para poder acceder a la red de electricidad, y la gran mayoría se instalarán en zonas naturales bien conservadas».

Las entidades ambientalistas también han mostrado su preocupación por el proyecto de instalar otros 75 aerogeneradores en el polígono Alera-Biota-Pinsoro-Rivas, una zona que consideran de gran interés ambiental por la numerosa presencia de aves rapaces y otras especies protegidas.

Según los datos del Ministerio de Transición ecológica y Reto Demográfico se pierden 141 millones de euros al año en mortalidad de especies solo en tendidos eléctricos. "Este ministerio tendría que actualizar los datos y añadir la muerte que provocan los aerogeneradores", dicen..

También en 2019 la Fiscalía General del Estado comunicó a las comunidades autónomas que la muerte de la avifauna en los tendidos "es intolerable". Por eso consideran que esta Fiscalía "debería de hacer lo mismo con los parques eólicos, y exigir lo mismo que para los tendidos eléctricos".