La asociación de Amigos de la Tierra Aragón ha denunciado la construcción de los parques eólicos de El Portillo y El Cabezo, situados en las localidades de María de Huerva y La Muela, respectivamente. Además, han pedido su paralización por el impacto ambiental de dichas obras a causa de los excesos en los desmontes y escombreras en zonas abruptas y por la producción de daños irreversibles en el relieve y la vegetación natural, con la apertura de graves vías de erosión.

INSPECCIONES

Amigos de la Tierra ha solicitado al Gobierno de Aragón conocer qué inspecciones se han realizado de las obras para ver en qué grado se están cumpliendo las condiciones de las autorizaciones del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), y la adopción de medidas urgentes para impedir nuevos destrozos.

El parque eólico El Portillo está promovido por Alectoris Energía Sostenible 6, S.L del grupo Forestalia y el parque El Cabezo por EO-ZON Generación Eólica, S.L. según informan las autorizaciones publicadas en Boletín Oficial de Aragón (BOA). En él se especifica que todas las fases de ambos parques eólicos obtuvieron un resultado favorable en cuanto a impacto ambiental. A pesar de esto, Amigos de la Tierra Aragón exige «depurar responsabilidades» entre los promotores y las empresas constructoras así como en la justificación de la autorización de instalar aerogeneradores en zonas abruptas sin acceso, en una comarca «ya saturada por las instalaciones eólicas y líneas eléctricas».

Además, realizan una comparación entre las actuaciones y los impactos de construcción de las instalaciones eólicas similares a las de la minería. Por todo esto, la agrupación va a solicitar al Gobierno de Aragón la restitución de los desmontes.

Afecciones a las aves

Amigos de la Tierra Aragón recuerda también que estos parques eólicos afectan directamente a las poblaciones de las aves esteparias como ganga y ortega y rocín, ambas protegidas legalmente. Dichas especies no sólo ven como se va reduciendo el espacio disponible sino que además, corren el riesgo de morir por colisión con los aerogeneradores, en concreto con las aspas de los mismos.

En el comunicado, consideran también que el modelo eólico, «caracterizado por el gigantismo y las prisas», ha «desbordado» los parámetros de racionalidad y de respeto ambiental debido a que no se adapta al medio natural como criterio de sostenibilidad, obligando así a realizar una profunda transformación del mismo, dando una imagen totalmente diferente a las zonas en las que se instalan.