La dirección de Amylum Ibérica ha puesto en marcha una serie de medidas experimentales para tratar de reducir los efectos de la plaga de tórtolas turcas que padece en el interior de sus instalaciones, en el distrito del Rabal. Aconsejados por una empresa de control de plagas, se instalaron hace unos días tres jaulas con comida en su interior para comprobar el número de aves diarias que se podían capturar mediante este sistema.

"Se trata sólo de una prueba inicial que los primeros días da buenos resultados pero que con el tiempo pierde efectividad porque las palomas acaban asociando la jaula a la idea de peligro", explicó Leonardo González. La dirección de la empresa se siente "una afectada más" en el distrito por la plaga y ya ha mostrado su predisposición a colaborar con el Ayuntamiento de Zaragoza.

El vicepresidente de la Junta Municipal del Rabal, José Miguel Romeo (PSOE), ha anunciando que a lo largo de los próximos días mantendrá una reunión con responsables del Instituto Municipal de Salud Pública para solicitar su implicación. "Es preciso realizar un estudio previo de las características de la plaga cuyo coste asciende a 4.000 euros y que podría estar hecho en septiembre. Desde la junta no disponemos de presupuesto suficiente para asumirlo", explicó.

El equipo de trabajo que sigue la evolución de la plaga en el distrito trabaja ahora en la redacción de un bando que se buzoneará para recordar a los vecinos que las ordenanzas municipales prohiben dar de comer a las aves.