Los tiempos corren vertiginosamente. La globalización, el acceso a las nuevas tecnologías y el aumento de la movilidad de las personas han hecho que todas las organizaciones deban cuestionarse a sí mismas permanentemente. Las estrategias que resistan este continuo cambio son más necesarias que nunca.

La universidad española no es ajena a esta situación. Se requiere que cada una de las que integramos el sistema tengamos clara cuáles son nuestras responsabilidades, qué capacidades tenemos y hacia dónde debemos encaminarnos. Sin visión a largo plazo, solo se decide por imitación, sin analizar si lo hecho era lo necesario.

Desde hace dos años, un grupo amplio de profesores y PAS de la Universidad de Zaragoza nos juntamos para analizar la institución, conocer qué quiere la sociedad de nosotros y cómo utilizar nuestras fortalezas para superar las debilidades, aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos. Somos un colectivo variado que desarrollamos nuestro trabajo en casi todas las áreas de conocimiento y en todos los campus. Gracias a esta experiencia, a este conocimiento y a un trabajo intenso, hemos elaborado un programa que abarca los aspectos más acuciantes para hoy y que estructura nuestra universidad para mañana.

Con el objetivo de mantener la coherencia entre propuestas y visión a largo plazo, hemos agrupado nuestra oferta en siete líneas estratégicas: planificación académica a largo plazo, mejora de los sistemas de gestión de la calidad para convertirlos en indicadores útiles y eficaces, un nuevo sistema de valoración del desempeño de las personas abordando seriamente la reducción de la precariedad laboral, replanteamiento del sistema de financiación con la búsqueda de nuevas fuentes, la implantación de una formación en conocimientos y en valores del siglo XXI, la reorganización administrativa para reducir burocracia y eliminar duplicidades y el replanteamiento del sistema de la investigación para potenciar la transferencia de conocimiento. Además de estas líneas estratégicas, también hemos querido aportar soluciones a problemas concretos. Queremos destacar especialmente aquellos relacionados con los alumnos y exalumnos para lograr una participación activa de los estudiantes, nuestra razón de ser, superando el desinterés actual. La educación online también es objeto de nuestra atención y hemos realizado un análisis de lo logrado hasta ahora. No compartimos la opinión de que este problema está superado. Pensamos que la urgencia y las soluciones parciales adoptadas no son lo que se necesita para la impartición de una enseñanza no presencial de calidad.

Una institución del tamaño de la Universidad de Zaragoza no puede gobernarse ni a golpe de improvisación, ni siguiendo las ideas de algún autoproclamado líder. Estamos en un momento decisivo para superar la falta de motivación de muchos de los que integran la institución. Debemos hacer llegar a la sociedad que la universidad es imprescindible para generar las ideas y proyectos que permitan el auténtico cambio de modelo productivo que necesita España. Tenemos que ganarnos el respeto de los ciudadanos para merecernos la financiación que nos dan, demostrando que nuestro trabajo redunda en su beneficio.

El proyecto que represento es una tarea colectiva. Solo con la cooperación de todos podremos conseguir que la Universidad de Zaragoza sea un actor protagonista en Aragón, en España y en todos los lugares donde nuestros titulados desarrollen su carrera profesional. No podemos perder más tiempo para emprender un camino que muchos llevan ya tiempo recorriendo. Tenemos muchas potencialidades y debemos aprovecharlas. Seguir mirando lo que hacen otros solo nos mantendrá por detrás de ellos. Pretender convertirnos en un faro que ilumine el mundo tampoco es la solución, pues solo generará frustración cuando en muy poco tiempo se compruebe que eso es una quimera imposible de conseguir.

Hay muchas formas de entender la excelencia. La nuestra es ser mejores cada día en lo que hacemos, escuchar y ser escuchados por la sociedad, hacer que los que integramos la institución estemos orgullosos de formar parte de la familia universitaria y que todos los que se sientan en nuestras aulas, o alguna vez lo hayan hecho, lo recuerden con afecto y lo hagan saber con total satisfacción. La Universidad de Zaragoza es una empresa a la que merece la pena pertenecer y para la que estamos dispuestos a seguir trabajando.