--La Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme) celebró ayer su 30° aniversario con un acto al que acudieron la presidenta del Gobierno aragonés, Luisa Fernanda Rudi, y el consejero Ricardo Oliván. ¿Qué ha sido lo más duro?

--No es fácil llegar hasta aquí y más en un tema tan complejo como la salud mental. Por eso, es una satisfacción y un orgullo cumplir 30 años con, además, reconocimientos importantes a nuestra trayectoria. Somos positivos y valoramos los avances en cuanto a tratamientos con menos efectos secundarios, más programas de rehabilitación, pero hay un retraso importante en la atención a salud mental porque no se ha contemplado con los mismos recursos y partida presupuestaria que otras enfermedades. La salud mental ha sufrido una discriminación histórica y la crisis ha frenado cualquier intento de apoyo al desarrollo de proyectos más avanzados.

--¿Qué exige el colectivo?

--Hablamos continuamente con la DGA y le trasladamos nuestras inquietudes y preocupación y esperemos que no caiga en saco roto su compromiso de apoyar programas de rehabilitación o de acompañamiento a pacientes en el ámbito domiciliario, así como el impulso a la inserción social. Lo más urgente ahora mismo es mantener la atención terapéutica que precisan esas personas, dar impulso a la atención domiciliaria a pacientes graves y que no bajen las partidas presupuestarias.

--¿Cómo valora que todavía no se haya ejecutado la centralización de unidades de salud mental de los barrios anunciada desde hace más de un año por la consejería de Sanidad?

--Aún no se ha adoptado ninguna medida e imagino que el replanteamiento que se ha hecho va en la línea de llegar a un consenso con las entidades sociales. Está en stand by y creo que hay suficiente sensibilidad por parte del Gobierno para dialogar.

--¿Alguna novedad respecto a la unidad de agudos del Servet?

--No. Solo tenemos constancia de que el hospital de día, que se abrió en ese centro hace unos meses, está funcionando muy bien.

--¿Cómo está Aragón en la atención a salud mental en comparación con otras comunidades?

--Otras tienen dispositivos de los que nosotros carecemos, como miniresidencias o alojamientos alternativos que evitan el internamiento en unidades más costosas de larga estancia. Y, sobre todo, se necesita ese impulso a programas formativos especializados que existen en otras comunidades para capacitar a personas que habían perdido sus competencias pero se han recuperado y pueden trabajar.

--¿Cuántos aragoneses pueden estar afectados por algún problema de salud mental?

--Una de las principales problemáticas a la que nos enfrentamos es que no se puede hablar de cifras reales sino de estimaciones basadas en estudios epidemiológicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Saber el alcance del problema es fundamental para ejercer una buena planificación.