Los dos únicos procesados por la colocación de la bomba casera que explotó en la basílica del Pilar el pasado 2 de octubre, Francisco Javier Solar, alias Cariñoso y Mónica Andrea Caballero, alias Moniquita, negaron ayer todos los cargos que les imputan, incluso que hubiesen viajado a Zaragoza. Ante el juez Eloy Velasco, en el Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, los chilenos rechazaron que llegaran a la ciudad, y por tanto que colocasen ninguna bomba. Tampoco reconocieron su pertenencia a un grupo anarquista de carácter violento.

Asistidos por su letrada, la madrileña Amalia Alejandre --que recurrió anteayer el auto de procesamiento--, Cariñoso y Moniquita solo admitieron que, como captaron las cámaras del recinto, estuvieron en el monasterio barcelonés de Montserrat. Pero como turistas.

El juez Velasco les interrogó ayer tras haber ordenado su procesamiento por delitos de pertenencia a banda terrorista, estragos con resultado de lesiones --por la mujer que sufrió lesiones en el oído en Zaragoza-- y conspiración para otro delito de estragos en el cenobio catalán.

En el documento, el juez apuntaba la existencia de claros indicios de la pertenencia de ambos a la organización anarquista FAI/FRI-GAC, una superestructura de células independientes al estilo de los yihadistas islámicos. Se basaba en la documentación encontrada en el piso barcelonés donde les detuvieron, junto a otras tres personas contra las que se retiraron los cargos.

También lo deducía de sus antecedentes, ya que ambos fueron procesados en su país natal en el caso Bombas, por la colocación de una treintena de artefactos explosivos en iglesias y bancos. Pero fueron absueltos por errores durante la instrucción.

El juez consideraba incompatible su anarquismo con la visita a un monasterio, ni por "interés por el arte sacro" --el vídeo de su visita reflejaba, según el auto, que ni miraban las obras de arte, solo las cámaras-- ni por "fervor religioso" Pero se declararon turistas, no terroristas.

Las cámaras también les captaron en la estación de autobuses de Barcelona, en la de Delicias de Zaragoza y en la propia plaza del Pilar. Pero iban embozados --con gafas y gorros que luego hallaron en su piso barcelonés--, y la Policía tuvo que usar un programa informático de reconocimiento facial. Ayer negaron haber salido de Cataluña.

Ambos se declararon también insolventes por el embargo de 60.000 euros a cada uno que decretó el juez, para el pago de parte de los más de 300.000 euros en daños que causó la bomba en la basílica. Tras su declaración, Cariñoso y Moniquita volvieron a las cárceles de Villabona, en Asturias y Brieva, en Ávila.