Alrededor de un millar de vecinos de Andorra y localidades adyacentes se congregaron ayer en las puertas de la central térmica del municipio turolense para protestar contra el cierre del complejo eléctrico y minero, programado para el 20 de junio del 2020, y por el que se verían afectados cerca de 600 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos. Así, trabajadores y vecinos de la zona mostraron su preocupación ante el futuro de la comarca, por lo que solicitaron evitar este cierre o que las alternativas que se ofrezcan al mismo por parte de empresa y la administración publica resulten efectivas.

Como Endesa no invierta, Andorra se queda desierta o ¡Plan de industrialización ya! fueron algunos de los mensajes que se pudieron leer ayer por la mañana en las pancartas de los participantes, vecinos de todas las edades de la localidad y de otras colindantes, trabajadores de la misma central y otros profesionales, como del sector del carbón, que ven peligrar el futuro de la comarca ante ese cierre anunciado para dentro de año y medio.

El presidente del comité de empresa, Hilario Mombiela, señaló que la protesta busca reivindicar las inversiones para la central, aquellas que pondrían a punto sus instalaciones para continuar con su desempeño, «como punto primero e indiscutible» y que, en el caso de resultar esto imposible, «pedir a Endesa un plan alternativo en el cual tenga cabida toda la mano de obra que actualmente ocupa el complejo minero-eléctrico de andorra».

cansados / Las peticiones de Mombiela no solo se dirigieron a la empresa, sino que también exigió al Gobierno de Aragón y al Ejecutivo nacional «una alternativa real para la comarca». «Ya venimos avisando desde hace muchísimo tiempo de que esto se acaba y durante estos seis años no han hecho absolutamente nada. Ya estamos cansados de salir a la calle», subrayó.

Sobre posibles nuevas protestas, el presidente del comité de empresa anunció que esperarán a la reunión que van a mantener con el Gobierno de Aragón y el consejero delegado de Endesa, José Bogas el 10 de diciembre. Así, explicó que, dependiendo del plan alternativo para la comarca que se presente en esa cita, seguirán las movilizaciones o se darán por satisfechos si se presenta una propuesta «de calidad».

Un aspecto, este último, por el que Mombiela no mostró demasiada confianza: «Sigo viéndolo muy negro porque todavía no hay ningún proyecto encima de la mesa -que conozcamos- que sea real, que se venga a instalar. El tiempo se nos agota, el 30 de junio del 2020 está a la vuelta de la esquina», advirtió.

A la cabeza de la protesta estaba también el representante de Comisiones Obreras, Antonio Planas, quien exigió que todas aquellas personas afectadas por el cierre se puedan quedar en la zona, para lo que haría falta «traer empresas o puestos de trabajo».

Con esta movilización se llevó a cabo la primera acción de protesta desde que Endesa anunciara la clausura de la central el pasado 15 de noviembre. La misma coincidió, además, cuando se cumple exactamente un año de la muerte de un trabajador de la central a causa de un accidente laboral, como recordó el presidente del comité de empresa.