El encierro de diez trabajadores de las subcontratas de la térmica de Andorra en el ayuntamiento de la localidad concluyó ayer, tras 48 horas de protesta, con un emotivo acto en el que fueron arropados por cientos de vecinos de la villa minera y de los pueblos de alrededor. Tras su salida, aseguraron que no se dan «por vencidos» y que continuarán movilizándose contra el cierre de la instalación energética de Endesa -previsto para julio del 2020- y para reclamar alternativas de empleo en la zona.

La iniciativa del encierro partió de la plataforma de trabajadores de las subcontratas de la térmica. Este colectivo, formado por más de 300 empleados, es el peor parado por el fin de la industria carbonera, al estar abocado al despido y no tener garantías de optar a una recolocación, prejubilación o baja incentivada, como sí ocurre con la plantilla propia de Endesa.

«La salida del encierro ha sido muy emotiva. Agradecemos el apoyo que hemos recibido, sobre todo de los vecinos. Andorra se ha volcado con nosotros estos días. No nos ha faltado de nada», aseguró ayer Inocencio Lorén, representante de la plataforma y uno de los protagonistas del encierro. «Vamos a seguir luchando para que no cierre la central porque en estos momentos no hay ninguna alternativa para trabajar en la comarca», afirmó.

Mañana volverá a celebrarse una asamblea de trabajadores para estudiar nuevas acciones de protesta. Además, invitado por esta plataforma reivindicativa, el Justicia de Aragón, Ángel Dolado, visitará Andorra el próximo lunes 18 de febrero para conocer la crisis que vive el municipio y su entorno por el desmantelamiento del sector minero-eléctrico del carbón en esta parte de la provincia de Teruel, lo que supondrá la desaparición de unos 600 empleos directos.