Directora de arte zaragozana. Ha participado en campañas para Ikea, Hellmans o American Express. Tras un tiempo en Nueva York, ahora pasa unos días en Zaragoza.

-¿Cómo llegó a Nueva York?

-Siempre he querido estar en Nueva York. Estaba buscando una forma para ir allí y esa forma fue haciendo un programa, como un máster, en dirección de arte en la Miami Ad School, que es una escuela de publicidad. Yo había acabado mi doble grado y quería especializarme en dirección de arte, que fue lo que descubrí que me apasionaba después de trabajar en Publicis en Madrid. Encontré que podía ir a Nueva York a partir de este programa. El primer año lo cursé en Madrid y el segundo te daban la opción si eras lo suficientemente bueno para irte al extranjero. Yo me puse las pilas el primer año para poder conseguirlo. Así fue y me planté en Nueva York.

-¿La dirección de arte vendría a ser como un publicista?

-La dirección de arte va más allá de lo que son los diseñadores gráficos, también se encargan de la conceptualización de las ideas y su nacimiento. Los clientes vienen con un documento en el que redactan lo que quieren hacer y nosotros lo leemos, analizamos y creamos una idea para lo que ellos quieren. Por ejemplo, Garnier quiere sacar una nueva gama de productos que se va a llamar así... ¿Cómo lo sacamos? El director de arte se encarga de la concepción de la idea, del desarrollo, de la ejecución... está en todo el proceso a nivel artístico de la idea, además de concebirlo.

-¿Cómo describiría su trabajo?

-Me gustan los trabajos limpios, sencillos pero que tengan impacto; que a pesar de su sencillez consiga impactar y tenga un significado, que quede en la persona para siempre. Por eso, mi página web son diseños de tatuajes porque estos a día de hoy ya se pueden borrar pero es algo que se concibe que se va a pegar a ti. Y mi idea de mis trabajos es algo que se va a quedar en ti, de ahí esa idea de poner como primera imagen un tatuaje y al clicar te lleva a mis trabajos, porque mi idea es que cambie algo o remueva algún sentimiento en ti. Yo creo que el arte es lo que debe hacer, debe crear sentimientos en la persona que lo observa.

-Ha firmado campañas para Garnier, Hellmans, Budweiser, American Express, Ikea... ¿Cómo llegan estas grandes empresas hasta usted?

-Garnier obviamente porque trabajé en Publicis en Madrid y al tener la oportunidad de trabajar en una gran empresa me pusieron en la cuenta de Garnier; y cuando estuve en Nueva York, estuve en otra gran empresa como es Ogilvy. Allí por ejemplo, en la campaña más reciente, la de American Express, la hicimos para el Día del Orgullo, que a nivel mundial se hizo en Nueva York y partió de allí todo y se extendió a los cinco mercados. Quedó muy chulo. El cliente lo quería en medios digitales pero al final causó tanto furor que se extendió e hicimos un evento en un hotel de Times Square, había muchas vallas publicitarias con esa información. Teniendo la oportunidad de trabajar en sitios como esos, al final te llegan marcas como estas.

-¿Un director de arte nace o se hace?

-Buf... Mi trayectoria en la publicidad siempre digo que en verdad la publicidad me encontró a mí porque yo iba a estudiar Medicina porque siempre he tenido una vocación de cambiar la vida de la gente, de la forma en la que sea. Yo sentía que la Medicina era la mejor forma, pero un día en segundo de Bachiller, aparecieron dos relaciones públicas de la universidad y me empezaron a hablar de la publicidad y me intrigó, investigué y al hacerlo llegué a un anuncio que fue para mi el detonante de que dijera quiero hacer esto. Fue un anuncio muy bonito, una campaña en Reino Unido, en la que una persona ciega está pidiendo ayuda en la calle y pasa una chica y ve que no recibe apenas dinero. La segunda vez que vuelve a pasar decide coger el cartel donde la persona ciega tiene escrito para pedir ayuda y cambia el texto y pone: "Hoy es un día precioso de primavera y no puedo verlo". Y entonces esa persona empieza a recibir más dinero. Me pareció tan bonito, porque hay tantas formas de poder ayudar y de cambiar la vida de la gente... Luego vino todo rodado, porque yo siempre he tenido una vena muy creativa, así que me saqué mi carrera, empecé en Publicis y allí debieron de ver algo... porque hay dos tipos de creativos, los directores de arte, que es mi caso, y los copys, que son las personas que se encargan del texto en un anuncio. Debieron de ver que tiraba más hacia la parte artística y me encasillaron y no lo hicieron mal; dieron en el clavo y me enamoré de la dirección de arte y ahí me he quedado. Yo diría que puedes nacer pero también te puedes hacer.

-¿Se considera un talento emigrado? ¿Tiene intención de volver?

-Honestamente, mi intención es volverme a Nueva York. Yo siempre he estado enamorada de Nueva York. Fue un amor a ciegas y luego a primera vista; yo creo que será el amor de mi vida. Yo tengo mi familia aquí y obviamente volveré a verlos todas las veces que sea necesario, pero sí, voy a emigrar.