Ángel Tomás está especialmente orgulloso de la reforma del edificio de las escuelas, que se llevó a cabo en la legislatura de 1983 a 1987, así como del polideportivo. Ahora considera que ha llegado el momento de dar paso a los jóvenes y no se vuelve a presentar. Ha puesto todo su empeño en mantener la población existente y en atraer a nuevos residentes. pero reconoce que no puede competir con la fuerza que ejerce Zaragoza.