JOAQUÍN CARBONELL

--¿Cómo llegó a ese puesto de comunicadora?

--Bueno, realmente estamos cien en la comisión. La gente tiene vida y no puede estar a todas horas en la plaza. Yo suelo ir más porque estoy en el paro...

--¿Cuál es realmente su misión?

--La mía y la de mis compañeros: hacemos de portavoces, elaborando tablas de protocolo de comunicación con los medios, unas pautas elementales, vamos.

--Pero no hay jefes: ¿cómo se hace? ¿cada uno a su bola?

--Sí, es complicado trabajar sin alguien que dirija. Nos hemos organizado en comisiones, y constantemente aprendemos a gestionar con más eficacia. Todo tiene su lado bueno y malo...

--Estoy seguro.

--Y dentro de la carpa hay unos folios donde la gente se apunta para colaborar. Es un poco de broma, pero en realidad, el que primero se apunta es el jefe...

--Colosal.

--Pero se aprende a funcionar. Por ejemplo, hay una serie de urnas donde los ciudadanos depositan sus exigencias, y ese es un poco el camino que seguimos. Han salido tres peticiones muy claras: reforma de la ley electoral con listas abiertas; reforma fiscal con el impuesto de sucesiones y la tasa Tobin (que afecta a las transacciones bancarias); e inhabilitación de políticos corruptos.

--¿Ha habido alguna noticia española en los últimos tiempos de este alcance universal?

--No. Hemos aparecido en todos los medios del mundo. Y cada día hay que atenderles: han venido del Washington Post, de Le Monde, de La República, de todos los medios del mundo. Y se necesitan periodistas que hablen idiomas también. Y por ejemplo, la comisión decidió que hoy no estamos en el programa 59 segundos de TVE. Todo hay que debatirlo...

--Eso es muy tedioso...

--Sí, pero es así. Es un movimiento asambleario. Pero claro, no somos un partido político, somos una fuerza espontánea que ha tomado las plazas españolas sin organización detrás. Esa es la gracia precisamente.

--Les han llamado de todo, desde perroflautas...

--Ya. Nos afectan mucho las críticas sin sentido, porque estamos entregados a esta causa, que no tiene componente político. Se está estudiando denunciar a Intereconomía y Esradio, cuando dijeron que tenemos conexiones con ETA. Eso es muy grave.

--Es tremendo.

--Uno no puede decir lo que quiera por un micrófono. En esta plaza hemos llorado mucho, no dormimos, trabajamos a todas horas y detrás no hay un partido. Está la gente que viene con la intención de mejorar las cosas.