No es la primera vez que la localidad de Muel aspira a tener una estación junto al pueblo. Con la llegada del ferrocarril actual al pueblo en el año 1933, el alcalde de la localidad instó al Ministro de Fomento a construir la estación en los mismos terrenos que ocupaban las instalaciones del ferrocarril de vía métrica Cariñena-Zaragoza, que iba a desaparecer.

La Compañía Central de Ferrocarriles no pudo complacer a la localidad, ya que para la ubicación definitiva de las estaciones proyectadas, se necesitaban unos terrenos de mayor superficie.

Ante esta situación, la compañía constructora decidió establecer la estación entre las poblaciones de Muel y Mozota, dando servicio a ambas localidades en unos terrenos que sí cumplían los requisitos. No obstante, y complaciendo reiteradas e insistentes solicitudes vecinales, en 1931, se acordó construir el apeadero de Arañales de Muel junto al pueblo, que contaría con dos accesos.