Un joven de 23 años, M. F. F., aceptó ayer una condena de un año de prisión por haber quemado un contenedor, en diciembre del 2012, en el barrio zaragozano de Delicias. El pirómano confeso deberá abonar además los 700 euros en los que está valorado el depósito y los gastos de reposición de la concesionaria FCC: en total, unos 800 euros.

Fiscalía pedía para él inicialmente tres años de prisión por un delito de daños, al considerarle responsable de la quema de los tres contenedores que ardieron la misma noche en la misma zona. Finalmente, se avino a rebajar la pena al no haber pruebas, según defendió el penalista José Manuel Marraco, que defendía al joven, de que quemara dos de ellos. Sí admitió el incendio de la calle Juan XIII, que no causó otros daños más allá el propio depósito.

La quema de contenedores descendió el año pasado en Zaragoza, pero estos primeros meses parece haber repuntado, y ha habido dos detenidos.