El 2009 ha sido el año de la crisis. Palabra repetida hasta la saciedad en todos los ámbitos. Sobre todo en el político. La economía ha marcado buena parte de la agenda en un ejercicio que en Aragón, además, se ha visto marcado por el anuncio radiofónico de Marcelino Iglesias de volver a concurrir a las elecciones. Pero no solo eso. Luisa Fernanda Rudi regresó a la comunidad al rescate del PP. Y entre tanto la coalición de Gobierno ha perdido su estabilidad. Los socios han sido menos socios. Se habló, como no, de crisis de Gobierno. Pero esta nunca llegó. Ni está previsto que llegue en el 2010. Los consejeros pueden respirar tranquilos... O no.

Crisis económica, de Gobierno y también de coalición. Entre tanto, los partidos políticos aragoneses han vivido sus propias dinámicas. Cada uno ha salido como ha podido, aunque algunos, como el PAR, tiene pendientes digestiones pesadas y reajustes pendientes. Dividido y enfrentado se halla en un purgatorio en el que nadie mueve ficha. Y eso que está en el poder. Quedar fuera sería desastroso para este partido, que se ha alejado poco a poco de su socio en apuestas que no le han salido bien.

Biel criticó la nueva financiación autonómica. Pero él la terminó rubricando con Elena Espinosa y su partido acabó dando el visto bueno al modelo en el Senado. También hubo enfrentamiento con la Ley de Lenguas, con votación por separado incluida. Aunque ahora se dará la paradoja que será el propio Gobierno en el que irremediablemente está el PAR el que deberá dar luz verde a la aplicación de la norma. En marzo, sin ir más lejos, podría aprobarse ya el consejo superior de las Lenguas.

Vamos, que la relación entre los socios ha andado revuelta. "No ha sido un buen año", reconocen desde el PSOE. Y esas aguas turbulentas, en realidad, tampoco han permitido ver con claridad en qué se ha traducido el ejercicio en lo político. Las acciones ejecutivas han quedado ensombrecidas por las desavenencias en la coalición, pero también por los escándalos de corrupción que se han cobrado una buena cuota de protagonismo.

La onda expansiva del caso de corrupción de La Muela ha alcanzado al PAR. No en vano la alcaldesa de la localidad era de este partido. Incluso el Ayuntamiento de Zaragoza se vio sacudido por el tsunami Pinilla. Las ramificaciones han sido tan ricas y variadas que ha habido para todos. Porque en este caso algunos silencios también han significado mucho. Y cuando la convulsión urbanística parecía apaciguarse saltó otro escándalo, el de Asael, que repercutía directamente en el PAR. Asunto, por cierto, todavía sin resolver.

Entre tanto, el ritmo político ha sido más bien de calma chicha. De ahogamiento en algunos momentos. Y de hastío en otros. Solo algún arreón puntual, como la Ley de Lenguas permitió animar la actividad. A resultas de esta norma ha emergido de nuevo CHA, pasado ya su purgatorio, que con el ánimo renovado mandó también un mensaje claro al PAR. Es posible gobernar desde la izquierda. Chunta ha sido, sin duda, el partido que sale más reforzado de este ejercicio. Habrá que ver cómo prepara los comicios del 11.

También en el PP esperan mejores momentos. La llegada de Rudi, sin ser una bocanada de aire fresco, sí que ha infundido un nuevo ánimo en la formación. Si la actividad ejecutiva ha estado adormecida, lo mismo se puede decir de la oposición, anulada en muchos debates y demasiado preocupada por determinados titulares que por marcar una estrategia inteligente y efectiva frente a Marcelino Iglesias. Pocas veces han establecido el tempo y da la sensación que han ido en todo momento a remolque del Gobierno. Y eso es ir lento.

Porque el PSOE ha tenido un año más que tranquilo. Marcelino anunció que se va. Y pronto vendrá Eva Almunia. El terreno ya está abonado. Iglesias ha sabido adormecer a los contrarios. Casi los ha hipnotizado. Bien por él. Y eso le ha permitido gobernar con comodidad en un año complicado y revuelto en todos los aspectos. Va a tener un final de legislatura cómodo

A pesar de ello, el 2010 será de movimientos estratégicos interesantes. PSOE y PAR proseguirán con su alejamiento. Pero no demasiado. El PP deberá alzar el vuelo y poner encima de la mesa un proyecto político para Aragón que a día de hoy no está claro. IU tendrá que perfilar una estrategia y un discurso que lo acerque a la ciudadanía y CHA intentará mantener el buen momento hasta los comicios.