Nervios, ojeras, tensión acumulada... Ese era el ambiente que ayer se respiraba minutos antes de 17.00 horas entre los 1.437 aspirantes a 29 puestos de oficial de mantenimiento. La mayoría llevaba años preparando un examen convocado desde el 2009. En una hora, su suerte iba a estar echada.

Entre los opositores había un amplio abanico de edades, profesiones y niveles formativos. Buena parte de ellos estaban sobrecualificados. Pero, ante la falta de trabajo y la estabilidad que da ser funcionario, muchos se prepararon a fondo.

Es el caso de Daniel. Músico e historiador del Arte de 29 años, llevaba esperando esta convocatoria desde el 2007. La formación de Teresa, de 42 años, tampoco tiene nada que ver con el puesto al que optaba. Es técnico superior de finanzas, pero no llegaba tan segura a la prueba como Daniel. "Llevo un año preparándome. Me hubiera gustado dedicarle más tiempo, pero he estado trabajando".

Tanta espera ha supuesto algo más que nervios e incertidumbre. Para muchos, ha llevado implícito también un importante desembolso económico. "He estado dos años y medio estudiando en una academia", explicó Felipe. "Me hubiese gustado que saliese antes el examen. Pero, como nunca me había presentado a una oposición, he podido preparar mejor la parte jurídica".

Más suerte tuvo Joaquín. "Mi hermana es profesora en una academia y gracias a ella no he tenido que dejarme dinero en la preparación", señaló.

También hubo grandes decepciones. Es el caso de José Luis, que acudió a la oposición libre de ayer por error, pues él estaba apuntado al concurso de promoción interna. Pero esta prueba todavía no tiene fecha. "Entré en la página de ofertas de empleo del ayuntamiento, metí mis datos y aparecía como admitido. Quizás me he confundido con el lenguaje técnico, pero figuraba la fecha del examen de hoy (por ayer). Tengo que consultar con mi sindicato por si procede reclamar", dijo resignado.