El municipio zaragozano de Aranda de Moncayo, en la comarca del Aranda, celebró ayer una exhibición de trashumancia de ganado transeúnte con reses avileñas --vacas mansas-- cuyos objetivos fundamentales eras reivindicar el conocimiento de este antiguo oficio y, al mismo tiempo, impulsar la promoción del municipio y de su entorno.

En la exhibición participaron cerca de setenta jinetes llegados de numerosos pueblos de la Provincia de Zaragoza y de municipios de otras comunidades, como los navarros Fustiñana y Cintruénigo o la soriana Ágreda, que pastorearon una docena de reses de raza avileña negra ibérica, de 600 kilogramos de peso cada una de ellas, pertenecientes a la ganadería de Ángel Escorihuela, de la localidad turolense de Aliaga.

Expectación

Además de centenares de vecinos de la zona, acudieron al acto el presidente de la Comarca del Aranda, Miguel Angel Garcés; la alcaldesa de Aranda del Moncayo, Rosario ; y Silvia Caballero, presidenta de la Asociación Cultural Aranda Ecuestre, organizadora del evento.

El itinerario discurrió íntegramente por el término municipal de Aranda de Moncayo, a través de un recorrido de cinco kilómetros por el monte de la Sierra de Aranda que acabó por las calles principales de la localidad zaragozana.

La transhumancia ganadera era una actividad habitual en numerosos municipios zaragozanos hasta mediados del pasado siglo, cuando, al extenderse la estabulación de las reses y la producción intensiva, comenzó a ser abandonada. El ganado pasaba en el monte los meses calurosos.