Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) extrajeron ayer varias muestras de ADN a Antonio Losilla, único sospechoso del asesinato y posterior descuartizamiento de su esposa Pilar Cebrián.

Losilla no mostró ningún tipo de oposición a la prueba, en la que estuvo presente su abogado Javier Notivoli y el secretario del Juzgado de Violencia contra la Mujer número 2 de Zaragoza, que instruye este caso bautizado como crimen de Ricla.

El magistrado instructor solicitó esta prueba, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, para cotejar los resultados con una camiseta y una toalla encontrada en el nevero en el que supuestamente se deshizo de los restos de su mujer.

La prueba neurológica denominada P-300 marcó este antiguo depósito de hielo de Ricla. Allí la Policía Nacional no encontró a la fallecida, si bien Losilla confesó al secretario judicial, previo al registro de su casa, que había arrojado las vísceras de Pilar en una zona en la que los vecinos solían tirar restos de animales.

El ADN fue remitido al Instituto de Toxicología de Barcelona que podría resaltar que esas prendas pertenecen al único sospechoso y de esta forma confirmar el relato del procesado que ahora proclama su inocencia.

Las abogadas de la acusación particular, Soraya Laborda, Laura Vela y Carmen Sánchez, mostraron su esperanza en encontrar a la fallecida para darle sepultura.