La AP-2 entre Zaragoza y la localidad catalana del Vendrell inicia este lunes la cuenta atrás de un año para liberalizar el peaje y convertirse en autovía. Si se cumplen los compromisos del Gobierno central, la vía de alta capacidad dejará de ser de pago el 31 de agosto del 2021, y con ello se podrá reducir considerablemente el tránsito por el tramo sin desdoblar de la N-II por Aragón, que solo este año se ha cobrado cinco vidas y en el último lustro supera la veintena.

Fue poco antes de decretarse el confinamiento por el coronavirus, el pasado 5 de marzo, cuando Fomento adjudicaba por algo más de 538.000 euros el estudio previo que analizará el tráfico previsto por la autovía (junto con el de la AP-7, entre Tarragona y La Junquera) y las conexiones que tendrán que realizarse con los pueblos que actualmente no tienen salida de la autopista. Según asegura el director general de Carreteras del Gobierno de Aragón, Bizén Fuster, los plazos para la liberalización se mantienen y la pandemia no ha afectado al devenir de este estudio previo, según las noticias que reciben de Fomento.

DESDOBLAMIENTO

La demanda de los pueblos de la ribera baja del Ebro por el desdoblamiento no se adormece, pero desde el Gobierno de Aragón hace tiempo que tienen asumido que, tras décadas de goteo de muertes sin que el Ejecutivo central haya movido ficha, la opción más viable pasa por esta liberalización.

Este año, la carretera se ha cobrado ya cinco vidas. La última, la conductora que falleció en un siniestro en Bujaraloz la noche del pasado domingo, 23 de agosto, en una colisión de dos turismos y un camión que dejó otros cinco heridos. A finales de abril moría un camionero en un vuelco en Pina de Ebro, y en enero se registraban otras tres víctimas mortales en un choque de dos camiones y un turismo a la altura de Osera de Ebro.

Estas víctimas se unieron a la larga lista de personas que han perdido la vida en este tramo de vía, durante años la más letal de Aragón junto a la N-232, que sí está en trámite de desdoblamiento, nunca lo suficientemente rápido.

UN MILLÓN DE EUROS EN CUATRO MESES

Pero la liberalización que, si nada se tuerce, llegará de aquí a un año, no solo contribuirá a ahorrar vidas, lo más importante, sino también dinero público, al menos al Gobierno de Aragón. Bizén Fuster apuntaba que, en las estimaciones de gasto que están elaborando en el departamento para la propuesta de presupuestos del año que viene, pendientes de pasar a Hacienda, calculan un ahorro de alrededor de un millón de euros en bonificaciones de peaje en esta vía entre septiembre y diciembre. La gran mayoría corresponden a los pagos por vehículos ligeros (turismos, fundamentalmente) mientras que unos 60.000 euros corresponden a los pesados, que pese a esta ayuda pública siguen optando por la nacional.

Por contra, la conversión de la autovía podría mermar los ingresos que reciben los municipios por cuyo término municipal pasa la autopista. Aunque rara vez figura entre sus reclamaciones, centradas en que se salven vidas.

LAS VÍCTIMAS SOLO BAJAN UN 12% PESE AL CONFINAMIENTO

Las carreteras aragonesas registran hasta la fecha 27 fallecidos este año, según el cómputo de la Dirección General de Tráfico a 24 horas de los siniestros. Los últimos datos consolidados, a 23 de agosto (cuando se produjo la última víctima mortal, en la N-II) reflejan un descenso de solo seis víctimas, cerca de un 12%, respecto a las 33 que se daban en las mismas fechas del año pasado. El número de accidentes en los que se han producido estas víctimas desciende en la misma proporción, de los 29 del año pasado a los 23 de este 2020.

No es una buena cifra, teniendo en cuenta que el confinamiento limitó bastante la movilidad por carretera para la población en general durante tres meses, sobre todo entre provincias y comunidades, y la caída en la actividad comercial redujo también el tráfico pesado, aunque no estuviese prohibido. Y tampoco es un buen registro comparándolo con el nacional, donde el descenso porcentual es casi el doble, del 23%, con 159 víctimas mortales que dejaban la cifra en 521 personas hasta el 23 de agosto.

La diferencia por provincias es notable. En Huesca sí parece haberse notado el efecto de la falta de movilidad, con 5 fallecidos, 10 menos que el año pasado. En Teruel se mantienen con 4 decesos pero en Zaragoza se han incrementado en 4, para quedarse en las 18 de este año.