La familia de Raúl Llorente ha podido dormir bien, después de nueve días sin saber nada del paradero de este zaragozano de 64 años. Ayer por la tarde pudo ponerse en contacto con una de las hermanas para decirle que estaba bien y que no le funcionaba el móvil.

La Guardia Civil y la Policía Nacional habían activado un dispositivo de búsqueda, después de que los seres queridos de este hombre interpusieran una denuncia en una comisaría. Elena Llorente, hermana de este hombre, recordaba cómo comenzó esta historia con final feliz. «Raúl se puso en contacto por teléfono con otra de sus hermanas, Ascensión, que estaba disfrutando del fin de semana en una casa rural en Tierrantona, municipio de La Fueva, en la comarca del Sobrarbe oscense y le dijo que él también iba, que le avisaría cuando llegara», señaló.

Pasó un día y al no saber de él, la hermana de Raúl Llorente decidió llamarlo para decirle que tenían que abandonar la casa rural, pero su teléfono móvil daba apagado o fuera cobertura. Una situación que se prolongó hasta ayer por la tarde. Es por ello, que los hermanos de Raúl decidieron poner una denuncia por desaparición e iniciar una campaña en las redes sociales para pedir colaboración ciudadana.

La familia no pudo aportar datos sobre cómo iba vestido en el momento en el que se perdió su rastro, pero sí destacaba el coche que conduce Raúl, un Land Rover Freelander de color tostado y con matrícula 5503BJN.

La familia mantuvo en todo momento la esperanza de que estuviera bien, ya que Raúl es un gran aficionado a la montaña, donde acude fervientemente a cazar y andar. Destacaban que suele dormir en una tienda de campaña que lleva siempre con él y que suele ir bien preparado.

Al final, Raúl Llorente se encontraba en la zona de Borau, una localidad de los Pirineos cercana al Valle del Aragón. Cuando pudo hacer una llamada, este avisó a la familia de que estaba bien y que había tenido problemas con su teléfono móvil. Que hoy regresaría a Zaragoza y que les explicaría todo con detalle. Tanto Asunción como Elena le esperan con los brazos abiertos, aunque reconocieron que han pasado nueve días muy malos. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado señalan que en cuanto se hayan hecho todas cuantas gestiones se han estimado oportunas y se tenga la certeza de que un familiar ha desaparecido hay que denunciarlo. No es necesario esperar ni 24 ni 48.