Casi dos meses después de que el zaragozano Víctor Laínez muriera de una brutal paliza a manos de, presuntamente, Rodrigo Lanza, el local donde la víctima tenía su negocio ha amanecido con pintadas de grupos antifascistas en su fachada.

Los hechos, que tuvieron lugar anteayer en la empresa de aparatos de aire acondicionado que tenía Laínez, están siendo analizados por el abogado de la familia del fallecido, Juan Carlos Macarrón, de cara a ejercer acciones penales contra el supuesto autor o autores. No obstante, este letrado zaragozano mostró su rechazo con respecto a un acto de estas características «puesto que va más allá del vandalismo, que de por sí ya es condenable».

Paralelamente, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, Mercedes Terrer, acaba de solicitar a la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que realice una reconstrucción del crimen sobre un plano del bar El Tocadiscos en el que se produjo este crimen de odio. La magistrada quiere conocer dónde estaban posicionados cada uno de los testigos (cinco jóvenes, el dueño del establecimiento y los tres conocidos de Lanza). De esta forma, la instructora quiere certificar las declaraciones de los mismos, ya que algunos dijeron que vieron los tirantes con la bandera de España, mientras que otros no. También quiere cerciorarse sobre la cuestión de la navaja que uno de los amigos de Lanza dijo que la llevaba y que el resto ni observó, ni el Cuerpo Nacional de Policía la encontró en ningún lado.

Al equipo de abogados del sospechoso, a la que se ha unido un nuevo letrado, Endika Zulueta -defendió a una mujer en el caso Segi y al conocido como El Egipcio en el 11M- han vuelto a solicitar la libertad provisional.