L a iglesia de Ardisa, un pueblo de la provincia de Zaragoza situado entre Ayerbe y Almudévar, apareció el pasado jueves con unas pintadas realizadas sobre el muro que rodea la iglesia parroquial y una placa franquista adosada a una de sus fachadas.

Chunta Aragonesista criticó esta acción incívica, pero al mismo tiempo, en una nota emitida ayer, arremetió contra el equipo de gobierno, al que acusa de no cumplir lo previsto en la Ley de Memoria Histórica.

«Condenamos este acto incívico que ha estropeado un patrimonio, como es el muro que rodea la iglesia, y ha emborronado una placa que no debería estar ahí», afirmó ayer el concejal de Chunta en el ayuntamiento, José Ángel Tresaco. «Los actos vandálicos no tienen cabida en democracia», añadió.

JUSTICIA DE ARAGÓN

Nada casualmente, todo esto ha sucedido después de que el martes pasado se celebrara una sesión plenaria en el Ayuntamiento de Ardisa y, en el turno de ruegos y preguntas, el portavoz de Chunta Aragonesista preguntara al equipo de gobierno por las «intenciones» de cumplir la normativa actual y retirar la placa.

Tresaco les recordó además que el Justicia de Aragón, a instancias de su formación, ya solicitó al consistorio que retirara la placa. Esta petición, por otro lado, también fue cursada por la comarca de Cinco Villas, tras aprobarse una moción de los aragonesistas en la institución territorial.

La placa franquista se encuentra en la fachada exterior de la iglesia de Ardisa, «11 años después de que se aprobara la Ley de Memoria Histórica», según señaló ayer Chunta en un comunicado en el que también se mencionaba un acuerdo de las Cortes de Aragón del año 2004 sobre la pervivencia de símbolos y nombres vinculados con el régimen franquista.

Esta es la primera vez que aparecen pintadas de estas características en el municipio, lo que revela que se trata de una cuestión que divide a los vecinos. Chunta mantiene que la retirada de la placa sería un paso para dejar atrás la guerra civil.