Una semana más para reflexionar sobre la integración del parque Bruil y el entorno del río Huerva. Este es el plazo que ayer dieron los técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza a los colectivos ecologistas y vecinales que no terminan de ver clara la actuación que se pretende y que solicitaron más tiempo. Así que pospusieron la decisión que se preveía adoptar ayer al próximo viernes, día 26, que será cuando se citen de nuevo para definir la intervención. O descartarla, porque algunos de estos representantes manifestaron que no les importa tanto perder la financiación europea con la que se costea esta actuación, unos 150.000 euros (a través del Programa Life), si está en riesgo el buen tratamiento que exigen tanto en el uso de materiales como en la protección del arbolado y el río.

EN JUNIO

Así que el secretismo con el que se ha llevado este asunto solo escondía la división de opiniones que existe en el tejido vecinal y las asociaciones ecologistas que están trabajando con los técnicos municipales. Y seguirán deliberando una semana más "aún a riesgo de que si no se inicia el expediente administrativo antes de finalizar el año podría complicarse su ejecución". De hecho, está previsto desde el área de Medio Ambiente dirigirse a la Unión Europea para pedir una prórroga que van a justificar con el proceso participativo con el que se está definiendo. Y porque entienden que esta debe ser una "experiencia demostrativa" que pueda exportarse a otros barrios. Con todo, esperan iniciar los trabajos en junio, si no hay retrasos.

La propuesta planteada por el ayuntamiento comprende varias zonas de actuación. Como un anfiteatro que dejará su apariencia de graderío para acabar reconvertido en un talud con geotextil y plantaciones, vegetalizado.

Este desembocaría en una zona de encuentro, con forma de plaza ciudadana, con bancos y materiales que, al estar a solo 50 metros del cauce y ser zona inundable, pueda soportar las crecidas del Huerva y no representar obstáculo alguno para los materiales que este arrastre. Desde ahí se podrá conectar con la pasarela peatonal que cruza el río (que conduce al polideportivo Alberto Maestro) a través de una escalera con la forma perimetral del anfiteatro verde, dándole más estabilidad.

Desde esta plaza y en dirección al río, se plantea como solución una rampa de casi 100 metros de longitud y un 8% de pendiente sobre la que también se discutía si debía hacerse sobre una base de hormigón o solo con canaletas a las que dirigir el agua sobre una plataforma peatonal de tierra con forma abombada para dirigir las escorrentías. Para evitar grietas.

Y sobre el arbolado, solo se plantea la tala de un fresno de gran porte que aparece tumbado sobre el río. Ninguno de los monumentales se tocará. Pero sigue sin convencer al vecindario.