La oenegé DYA incorporó hace unas semanas a su inventario dos drones, puestos a disposición de las administraciones públicas y cuerpos de seguridad que los requieran, como es el caso de sus ambulancias y técnicos sanitarios durante los fines de semana, a requerimiento del 061, principalmente.

La agrupación aragonesa de la asociación ha sumado a sus ambulancias un vehículo de intervención rápida todoterreno y los dos mencionados drones, equipados con cámara de vídeo. «Una herramienta muy útil», explica su presidente, Diego Guerrero, que presume de que son «una de las primeras oenegés en contar con ella», si no la primera.

Acreditación

Tanto él como otro de los miembros de la asociación de voluntarios cuentan con el certificado avanzado de pilotaje para este tipo de aeronaves autónomas, cuyas posibilidades son múltiples en el campo de las emergencias.

Por ejemplo, enumera Guerrero, en la búsqueda de personas desaparecidas. De hecho, ya se han utilizado en varios rastreos del Ebro en casos especialmente mediáticos. La diferencia es que hasta ahora casi siempre se han tenido que alquilar a empresas privadas, mientras que el hipotético requerimiento a la asociación sería gratuito.

En este tipo de búsquedas también se suele requerir a los helicópteros, bien de la Policía Nacional o bien de la Guardia Civil. La ventaja respecto a estos es que el despegue de uno de estos aparatos no solo es infinitamente más rápido, sino mucho más barato y con nulo riesgo para la tripulación. Estos rastreos son infinitamente más útiles con cámara térmica, eso sí, pero de momento no se cuenta con presupuesto para tanto.

Otra de las potencialidades de estos aparatos está en los incendios. No para su extinción, obviamente, pero sí para la coordinación de los efectivos, ya que las imágenes se pueden ver en tiempo real en un ordenador. Así, desde el aire, «se puede observar por dónde avanzan los frentes y planificar qué zonas son más seguras para atacarlos», explica Guerrero.

Proximidad

En un sentido parecido, la maniobrabilidad del dron permite acercarlo desde una distancia prudencial a escasos centímetros de una estructura colapsada. «Lo puedes llevar a 20 centímetros del punto, y valorar así con imágenes si la entrada de efectivos para apuntalar una estructura es razonable o supone un riesgo inasumible», añade el presidente de la agrupación aragonesa de DYA.

En definitiva, se trata de un dispositivo relativamente barato, rápido de utilizar (apenas hay que desplazarse con él y la mochila con el ordenador y las baterías) que disminuye considerablemente los riesgos para el equipo de actuación en los primeros momentos de la gestión de una emergencia.

De hecho, la organización ya ha tenido oportunidad de comprobar, en unas primeras semanas de pruebas, la versatilidad del aparato.