Pese a que la solidaridad de empresarios y la buena disposición de particulares y ayuntamientos ha puesto a disposición de los Servicios Sociales un millar de equipos informáticos para los alumnos afectados por la brecha digital, no llega para todos. Y en el colegio Puerta Sancho de Zaragoza, han decidido ponerse manos a la obra para que nadie se quede atrás, y con la ayuda de la Red de Apoyo Mutuo de La Almozara, han repartido material a todos los alumnos que tienen más difícil seguir las clases por videoconferencia.

Según explica la directora del centro, Sara Jiménez, en un principio habían contabilizado unas 13 familias afectadas por la brecha digital entre los alumnos. Pero al hablar con el profesorado y las familias, un análisis detallado destapó hasta 90 alumnos que tenían una u otra dificultad para seguir las clases. Sorprende la cantidad de afectados, al no estar hablando precisamente de una zona aislada de la comunidad, como las que denuncia Teruel Existe, pero no se trata tanto de disponibilidad de internet como de medios para navegar y seguir las clases adecuadamente.

«Algunas familias no tienen internet, en otros casos es que no tienen ordenador. Algunos estaban siguiendo las clases con el móvil, pero claro, esto vale para un rato, pero no para seguir todo un trimestre», explica Jiménez.

Así que pensaron en cómo podían solucionar el asunto, y contactaron con la red solidaria del barrio, que se ofreció para colaborar en lo que fuese necesario.

«El lunes recogimos las encuestas para ver quiénes tenían problemas con el acceso, y nos organizamos. Hicimos fotocopias de algunos de los temas que se van a ir dando, porque como ya no se avanza en contenidos más allá del segundo trimestre, con los libros que tienen no vale», añade la directora.

Así que los propios profesionales del centro se encargaron de repartir este material de apoyo el lunes por la tarde y el martes por la mañana, pero aún quedaban más de medio centenar de familias por atender. Acudieron al rescate nueve voluntarios de la red de apoyo, que acudieron al Puerta Sancho por la tarde.

«Nos hemos organizado por calles, de forma que a cada uno le tocaban unos cinco envíos y los hemos ido repartiendo. Además, teníamos unas tablet PC que nos dio el Gobierno de Aragón, que son de hace unos años pero aún funcionan, y por lo menos tienen programas para que puedan enviar trabajos o lo que sea. Nuestra idea era que si no tenían internet le pidieran la clave a algún vecino, pero algunos nos han dicho que preferían que no les diéramos, así que hemos repartido unas cinco», expone la directora.

«Una labor maravillosa»

Con esta iniciativa, gracias a la «labor maravillosa» de la Red de Apoyo de La Almozara que Jiménez no se cansa de agradecer, se cierra un poco la brecha digital que, como otras, se extiende, para muchos insospechadamente, por los rincones de la capital aragonesa y por muchos otros puntos de la comunidad.

Y supone a la vez otra muestra de los pocos efectos positivos que la crisis del coronavirus está despertando en la sociedad. La visibilización de la solidaridad, desde la elaboración de mascarillas a la proliferación de estas redes de apoyo vecinal, que intentan que a los vecinos no les falte de nada si está en sus manos evitarlo. Tampoco un acceso a la educación en pie de igualdad con todo el mundo.