Sustituir el gris del cemento por el verde de los árboles y los jardines. Este es el reto en torno al que se reunieron ayer los representantes de medio centenar de centros escolares y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. En el encuentro, los colegios se comprometieron a plantar árboles en los patios de juego, a instalar jardines ahorradores de agua, a colocar comederos para aves y a reducir las emisiones de CO2 a través del ahorro y la eficiencia energética.

Los propios alumnos de los centros han sido los encargados de hacer un estudio previo de los patios de recreo. Se han analizado la superficie pavimentada, qué tipo de plantas o árboles la adornan e incluso qué especies de fauna la visitan. Tras esta recopilación de datos, diez escuelas han optado por plantar árboles y otros diez han decidido colocar jardines ahorradores de agua.

Según explicaron fuentes municipales, este cambio de imagen se refuerza con el mantenimiento y la potenciación de los huertos escolares que ya existen en 40 colegios de la ciudad (21 de ellos de nueva creación). El consistorio se encargará de realizar los hoyos necesarios para albergar los árboles y facilitará los ejemplares que deseen plantarse. "El mantenimiento de la zona verde y el seguimiento de la evolución de los árboles corresponderá a cada centro", explicaron.

En cuanto al incremento de la presencia de las aves, cuatro escuelas han optado por instalar comederos y cajas nido con los que atraer a los animales. Se baraja incluso "ayudarles a pasar el invierno". Con esta medida, los escolares podrán observar directamente a las aves y estudiar su comportamiento.

Un aire más limpio es la apuesta de otros siete centros escolares. El programa Stop al CO2 pretende reducir las emisiones de dióxido de carbono. Para ello, los alumnos analizarán el tipo de iluminación de los colegios, el tipo de caldera y el combustible que se emplea en la calefacción, las fugas de calor o frío y los aspectos técnicos que habría que corregir para reducir el gasto.

El colegio Andrés Oliván de San Juan de Mozarrifar ha planteado una apuesta al ayuntamiento. Si de aquí a enero logran reducir un 6% las emisiones de CO2 de su centro, se pedirá al consistorio la colocación de una placa fotovoltaica. Si no se cumple el objetivo, se enviará mensualmente al alcalde una cesta de verduras de temporada que se cultivan de manera ecológica en el huerto del patio de esta escuela.