ARADE, la Asociación Aragonesa para la Dependencia, la entidad de referencia del sector profesional del cuidado de las personas mayores en Aragón, defiende el trabajo de los profesionales del sector ante las declaraciones emitidas este jueves por el presidente de Aragón, Javier Lambán, en las que ha afirmado que “ahora quienes introducen el virus en las residencias son los trabajadores".

ARADE considera que se trata de unas declaraciones injustas en un momento como el actual. Los trabajadores y trabajadoras de las residencias se han enfrentado a la pandemia del coronavirus durante todos estos meses en unas condiciones dramáticas y reiteradamente denunciadas desde el sector. En primer lugar, sin equipos de protección, porque no disponían de EPIS y los pocos que llegaban a la Comunidad Autónoma de Aragón eran derivados a los hospitales, y sin la realización de tests que les dijeran quién estaba contagiado y quién no. Se recuerda además, que las asociaciones profesionales exigieron al Ministerio de Sanidad que los trabajadores del sector fueran declarados oficialmente profesionales del NIVEL 1, como lo son los profesionales sanitarios, para acceder a estas pruebas diagnósticas en mejores condiciones.

Posteriormente y con la evolución de la pandemia, el sector ha sufrido numerosos cambios normativos continuos que ha hecho trabajar sin descanso y con gran dificultad a responsables y trabajadores de los centros.

Los trabajadores y trabajadoras de las residencias han sido auténticos héroes y heroínas que se han mantenido en sus puestos de trabajo, trabajando en primera línea para asegurar la calidad de vida de los usuarios de las residencias, las personas mayores, a las que han tratado con la profesionalidad y el cariño que no podían recibir de sus familiares en unos momentos tan difíciles. “Hay quienes han tenido que soportar que en sus comunidades de vecinos se les menospreciara por trabajar en una residencia, y hay equipos que se encerraron con sus residentes para protegerlos. Nadie puede imaginar la impotencia y el sufrimiento que llevan padeciendo durante meses responsables y trabajadores de estos centros por ofrecer un servicio continuado en unas circunstancias tan dramáticas”, subraya la gerente de ARADE, Paquita Morata.

Las residencias y centros de atención a personas mayores se están enfrentando a una realidad totalmente ajena a lo que es su servicio, obligados al distanciamiento, convirtiendo la convivencia diaria en algo que se aleja totalmente de lo que son los servicios sociales. Pero ahí siguen, ofreciendo un servicio necesario y vital para Aragón.

Las residencias de Aragón no se merecen que se hable de culpables. Están poniendo todos los medios que están a su alcance para proteger la vida de sus usuarios, uno de los colectivos más vulnerables. El virus sigue ahí fuera y es cierto, cualquier descuido de la sociedad puede ser fatal, pero culpar a los profesionales que están a los pies de los caballos nos parece éticamente reprobable. Nuestros políticos deberían practicar la escucha activa y lejos de recriminar, ayudarnos. El agotamiento de nuestros profesionales tiene un límite y nos preguntamos quien está dispuesto a cuidar de nuestros mayores si no lo hacemos nosotros”, subraya Morata.

“Llevamos meses escuchando cómo se criminaliza al sector, pero de ninguna de las maneras aceptaremos que se ponga en entredicho la actuación de nuestros profesionales”, concluye la gerente.