Tal y como está el precio de los carburantes, más de uno se pensará -o se habrá pensado- coger el coche para irse de vacaciones durante este verano. La alternativa del bus o incluso del tren puede ganar muchos enteros si se viaja solo o en pareja, teniendo en cuenta el encarecimiento que vienen arrastrando los combustibles a lo largo del 2019. De hecho, Aragón afronta la operación salida de agosto más cara desde el 2014, aunque los precios aún están lejos de los máximos históricos del 2012.

Actualmente, y según los datos del boletín petrolero de la Unión Europea publicados ayer, el litro de gasóleo se sitúa de media en España en 1,212 euros, mientras que el de la gasolina está a 1,327 euros. Esta semana, los precios han dado un leve respiro, aunque llevaban cuatro semanas de subidas consecutivas. De hecho, el diésel se ha encarecido en lo que va de año un 7,2% y la gasolina un 12,5%. Según la citada estadística, el precio de este último combustible ha subido un 0,61% respecto a la misma semana del 2018, mientras que el del gasóleo ha bajado un 0,82%.

Con todo, hay que tener en cuenta que el boletín de la UE aporta datos medios del conjunto del país, por lo que hay variaciones por comunidades. Es el caso de Aragón, donde ambos carburantes cuestan bastante más que hace un año. Así, la mayoría de estaciones de servicio aragonesas situaba estos últimos días el litro de diésel a 1,25 euros y el de gasolina a 1,35, frente a los 1,229 y los 1,315 de la misma semana del año pasado.

De esta forma, repostar 55 litros de gasóleo cuesta 68,7 euros, por los 67,6 del año pasado, un desembolso muy similar. No obstante, la diferencia es muy superior si se compara con el verano del 2016, uno de los años más asequibles en esta materia (ver gráfico). A finales de julio de ese ejercicio, llenar el depósito en la comunidad costaba 55,5 euros, trece euros menos que ahora.

Todo ello hace que la operación salida de este verano en Aragón sea la más cara desde el 2014. Sin embargo, el precio de los combustibles aún está lejos de los máximos del 2012. En agosto de ese año, repostar 55 litros de diésel costaba en la comunidad 76,6 euros, ocho euros más que ahora. Los carburantes frenaron su escalada alcista a finales del 2012 y mantuvieron una clara tendencia a la baja hasta el 2017, cuando los recortes de producción de petróleo acordados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia elevaron el precio del crudo.

En este sentido, la presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (Aesar), Pilar Soto, recuerda que el coste del petróleo representa «el 35%» del precio final de los carburantes, por lo que su variación es «determinante». «Actualmente, el barril de Brent está a 64,36 dólares, mientras que a principios de año estaba a 54,06», destaca.

LA DECISIÓN DE LA OPEP

No obstante, Soto reconoce que el incremento de la demanda en estas semanas de verano eleva el precio de los carburantes en los mercados internacionales, sobre todo en estos momentos de limitada oferta. «Las gasolineras tenemos poco margen de maniobra porque los precios nos vienen dados por las petroleras», apunta la presidenta de Aesar.

Todo parece indicar que los combustibles no se abaratarán a corto plazo, ya que los países de la OPEP y Rusia acordaron a principios de julio mantener el recorte de su producción hasta el 31 de marzo del 2020. Las tensiones geopolíticas debido a las sanciones comerciales impuestas a Irán por parte de la administración de Donald Trump y la situación en Venezuela tampoco ayudan a que las tarifas de los surtidores vayan a la baja.

Los bolsillos de los aragoneses ya tuvieron que afrontar el pasado 1 de enero la equiparación del tramo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos. Como ocurrió en otras comunidades, la armonización fiscal de este gravamen provocó que el litro del diésel y de la gasolina subiera 2,4 céntimos. La decisión del Gobierno unificó los impuestos en esta materia en toda España, eliminando el llamado efecto frontera. Aesar denunció en su día que el hecho de que algunas comunidades limítrofes tuvieran una tributación menor provocaba un trasvase de consumo, una tendencia que según Soto ahora se ha frenado. «En mayo de este año Aragón consumió 11.862 toneladas de carburante, frente a los 10.253 del mismo mes del 2018», dijo.

A pesar de la subida del tramo autonómico, Aragón sigue siendo una de las comunidades con las gasolinas más baratas del país. El pasado junio ocupó la quinta posición en este ránking, según el ministerio.