Aragón digiere con satisgacción el plan anunciado esta semana por el Ministerio de Sanidad para que, en un plazo de tres años, más de 3.500 productos alimentarios lleguen a las mesas y estanterías de los comercios con el 10% menos de media de contenido de sal, azúcares añadidos y grasas saturadas, en una iniciativa de colaboración con los sectores de la industria alimentaria y la distribución y más de 500 empresas.

Los azúcares añadidos se reducirán el 10% en la mayoría de productos lácteos, derivados cárnicos, néctares de fruta, salsas de tomate, refrescos de lima-limón y cereales chocolateados; el 18% en las mayonesas; del 3,5% al 7,4% en flan, natillas o arroz con leche, y el 5% en la bollería, pastelerías, helados de hielo, pan envasado y salsas.

En cuanto a la sal, se deberá recortar el 16% en los derivados cárnicos y mayonesa, el 5% en el kétchup, el 10% en los platos preparados, tomate frito y aperitivos salados (excepto las patatas fritas, que deberán recortar la sal en un 13,8%).

Finalmente, el contenido de grasas saturadas deberá reducirse el 10% en aperitivos salados y nuggets, el 5% en el resto de derivados cárnicos y el 5% en galletas y bollería.

GOBIERNO DE ARAGÓn

Sanidad ya trabaja en bajar la sal en el pan

El objetivo es mejorar la salud de la población y así lo entienden todos los sectores de la comunidad implicados. Como el propio Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés. «El plan es un elemento clave para trabajar en la reformulación de muchos productos de consumo habitual de las familias que puede tener un impacto positivo en la disminución de la obesidad y de otras enfermedades. En Aragón se comenzó ya a trabajar en la reducción de sal en el sector del pan», expone.

La Administración incorporará el plan de colaboración dentro de la estrategia Pasear -acrónimo de Promoción de Alimentación y actividad física Saludable-. «Nace con el objetivo de sensibilizar a la población aragonesa del problema que la obesidad representa para la salud, y la necesidad de reunir e impulsar todas aquellas iniciativas que contribuyan a lograr que los ciudadanos, y especialmente los niños y jóvenes, adopten hábitos de vida saludables», añadieron desde Sanidad.

MÉDICOS

La lucha contra la obesidad, clave

Los médicos también acogen la iniciativa con agrado. «Creemos que este es un ambicioso proyecto para el control de la obesidad tanto infantil como del adulto ya que está patologia es la causa de la mayor parte de los problemas de cronicidad: diabetes, problemas cardiovasculares y cáncer en los adultos». subrayó Concha Ferrer, presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza. «Este plan es un gran reto no solo para la sanidad en el abordaje y la lucha contra la obesidad, que sigue siendo el primer problema de salud pública, sino también para las empresas, que deberán realizar un esfuerzo importante para poder hacer frente a la producción de estos alimentos manteniendo sus características de sabor y textura pero mejorando en sus contenidos en productos saludables», añadió.

HOSTELERÍA

El sector valora la transparencia

El compromiso también afecta a los establecimientos de restauración, que reducirán en un 50% el contenido en los sobres monodosis de azúcar y el 33% en los de sal. Además, el sector de las máquinas de vending se ha comprometido a adquirir solo productos reformulados, aumentar del 30% al 50% la oferta de alimentos equilibrados y reducir el 15% la dosis máxima de azúcar añadido en bebidas calientes. La medida también cuenta con la aprobación de la hostelería aragonesa. «Todo lo que sea transparencia e indicar al cliente la composición de cada producto nos parece perfecto. Se trata de que sepa en todo momento qué es lo que está tomando y cuanta más información se le otorgue mucho mejor», expone José María Marteles, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza.

Ni siquiera la posibilidad de que el plan suponga una cierta merma de ingresos, al reducir la monodosis de azúcar o sal, supone contratiempo alguno para este colectivo. «Quizá suponga algo más de coste pero la gente lo va aceptando. Hay que tener en cuenta, además, que actualmente en los bares se sirve azúcar de tres cantidades distintas y el típico terrón ya no se ve», indica Marteles, que incide en que «lo verdaderamente relevante es que se vaya a acometer esa reducción en la composición y se vaya a rebajar la cantidad de azúcares o grasas artificiales. Y en esto estamos de acuerdo».

CÁTERING

Un avance, aunque sin desarrollar del todo

El plan abarca también a empresas de cátering, que se comprometerán a que los menús ofrecidos en los colegios y en los hospitales sean más saludables, ya que aumentarán los platos cocinados a la plancha, se dará prioridad a las carnes magras frente a otras, se reducirán los productos precocinados o fritos y se ofrecerán más legumbres, pescados, verduras y frutas de temporada. «A priori, la noticia parece positiva, siempre que vaya en pro de la salud infantil y en contra de la obesidad en la infancia. El problema de este plan es que no deja claro cómo se va a implantar; especifica un aumento de las legumbres en el comedor, pero ¿qué van a ofrecer menos para dar más legumbres? No hay necesidad de aumentar, sino de cumplir. Pasa lo mismo con el pescado. Se echa en falta que hablen de cereales integrales ya que las pastas siguen siendo refinadas, es decir con falta de fibra, que es el principal protector contra el cáncer de colon», explica María Caballero Serrano, dietista nutricionista y miembro de la plataforma por unos comedores de calidad.

«También habla este plan de reducir los precocinados en los comedores, pero estos productos no deberían ni siquiera ser una opción», añade; y pide la inclusión de la figura del dietista nutricionista en la administración pública «para controlar los menús con los criterios de un profesional de la salud».

Por su parte, las empresas de cátering también consideran «un avance» y una «buena iniciativa» la planteada desde el ministerio. Lucía García, responsable de calidad de Combi -que sirve a numerosos colegios aragoneses- considera que «se plantean datos y objetivos concretos, cosa que antes no se había hecho de forma tan clara a nivel institucional», pero advierte de que el plan no es completo. «Echo en falta medidas que le den más importancia al consumo de alimentos frescos de temporada, al aumento de proteína vegetal o a la potenciación del consumo de legumbres. En Combi contamos con un protocolo para reducir la cantidad de sal y azúcar añadido en nuestros menús».