Una delegación del Gobierno de Aragón expuso a la directora del Agua, Liana Ardiles, la postura de Aragón en relación con el Pacto Nacional del Agua. Esta es clara. Se está predispuesto a que se avance en la redacción de un pacto participativo e inclusivo pero siempre que respete el principio de unidad de cuenca, un precepto que, como se recordó en la reunión, es obligado por el Estatuto de Autonomía de Aragón. La delegación aragonesa estuvo formada por el secretario general técnico del Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, José Luis Castellano; la directora del Instituto Aragonés del Agua, Inés Torralba y el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués. También asistió el presidente de la CHE, Raimundo Lafuente.

Para la DGA«existe una línea roja que es el Estatuto que vela por evitar que los recursos hídricos de la cuenca del Ebro se destinen al desarrollo económico de otros territorios», señaló el secretario general técnico, José Luis Castellano, quien además recordó que «la España del interior tiene unos desequilibrios intrínsecos que no se dan en la costa».

Además, manifestó «la preocupación del Ejecutivo autonómico en relación a las trasferencias de agua como recoge el plan de Cataluña aprobado por el ministerio, que considera que los déficits estructurales en su cuenca deben cubrirse con el Plan Hidrológico Nacional».

Asimismo, Castellano recordó que «el complejo agroalimentario es clave del desarrollo económico, rural y territorial de Aragón, por lo que es una condición necesaria avanzar en la modernización y mejora de la eficiencia del agua de los regadíos existentes, y culminar los regadíos ya aprobados». Por ello, se transmitió al ministerio la necesidad de asegurar la garantía de suministro de agua, especialmente en los subsistemas del río Aragónyo Jalón, y del Gállego-Cinca, lo que obliga a considerar estratégica la puesta en servicio de las obras de regulación como Yesa, Mularroya o Biscarrués-Almudévar.

Otra de las cuestiones puesta encima de la mesa en la reunión ha sido la importancia de una gestión integral del riesgo de inundación en el tramo medio del Ebro.