Las unidades infantojuveniles de salud mental de Aragón atendieron durante el 2019 a cerca de 7.300 nuevos casos de jóvenes en las consultas de psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeras especialistas en esta materia. El dato es considerable y constata lo que los expertos vienen percibiendo desde hace unos años: los pacientes han aumentado. «Es cierto que tenemos una demanda creciente de niños y jóvenes. Los datos dicen que uno de cada cinco menores de 18 años cumplen con criterios de psicopatología», reconoce a este diario José María Civeira, jefe de la Unidad de Psiquiatría del hospital Miguel Servet.

«Lamentablemente este fenómeno se ha generalizado en Europa y lo más preocupante es que se produce en el periodo de la vida de mayor fragilidad», añade el doctor. Civeira señala que, dadas las edades tempranas, se trata de pacientes «de buenos pronósticos, con buenas respuestas», pero asegura que «el verdadero problema» está «en el riesgo de cronicidad» de estas patologías. «Se calcula que el 70% y el 80% de todas las enfermedades mentales aparecen antes de los 18 años».

En Aragón, además de las nuevas atenciones a niños y niñas, durante el 2019 se hicieron unas 40.500 revisiones de casos de salud mental, de actividades con grupos, de atenciones familiares o de consultas telefónicas. «Los pediatras están cada vez más sensibilizados y nos derivan a muchos menores, así que esa detección precoz también aumenta las cifras», matiza Civeira.

DROGAS Y HIPNOSEDANTES / Además de las unidades de Atención Primaria, el Salud dispone de recursos más especializados para abordar las patologías mentales en niños como son la Unidad para Trastornos de Conducta Alimentaria del hospital Clínico, del hospital de día situado en el barrio de Parque Goya o el centro de Movera. «En conjunto, la detección y colaboración entre Primaria y Especializada es muy buena, pero siguen llegando casos tardíos y no estamos al nivel de otras comunidades ni de Euoropa. Los datos objetivos dicen que tenemos un espacio de mejora», asevera Civeira.

Muchos de los problemas que presentan estos pacientes en la vida diaria y que conllevan derivaciones a las consultas de Psiquiatría están relacionados con el consumo de alcohol, drogas, hipnosedantes, los problemas alimentarios o el enganche a los videojuegos. «Vivimos en una sociedad con muchos elementos tóxicos externos y, además, han cambiado las estructuras familiares. La vinculación afectiva está mediatizada y unidad a la estabilidad de las familias, muchas veces alterada, y eso repercute en los jóvenes. Hay que pedir responsabilidad social», apunta Civeira.

Según los últimos datos de la encuesta Estudes, en Aragón el 16,9% del alumnado de entre 14 y 18 años tomaron alguna vez hipnosedantes y el 5,6% lo hizo en el último mes. Respecto a los analgésicos opioides, los estudiantes que los tomaron alguna vez fueron el 2,2% en la comunidad.

CANNABIS / El cannabis es la sustancia psicoactiva ilegal con mayor prevalencia entre los estudiantes de 14 a 18 años en Aragón. El 35% de los alumnos han probado esta droga en alguna ocasión y la edad de inicio de su consumo en la comunidad, según la encuesta Estudes 2018, son los 15 años. En los últimos 30 días la han tomado casi el 19%. «Hay familias reticentes a la asistencia psiquiátrica porque piensan que es para locos, mientras que otras buscan profesionalizar el problema y después no siguen. Son familias Guadiana. Así que algo falla y sigue habiendo desinformación», señala el psiquiatra Civeira.

El estudio para crear una residencia para menores, listo en junio

La intención de crear una residencia de salud mental para jóvenes en Aragón sigue en pie y el Departamento de Sanidad está actualmente realizando un estudio que definirá las necesidades de recursos y el modelo asistencial que se implantará. Está previsto que dicho análisis esté finalizado el próximo mes de junio.

Este proyecto de residencia terapéutica de media estancia se incluye en el Plan de Salud Mental 2017-2021 y fue anunciado hace un par de años por Sanidad. Se prevé que se ubique en Zaragoza y tendría entre 10 y 12 plazas, aunque fuentes de la consejería apuntaron a este diario que, por el momento, no se pueden ofrecer más datos relativos a plazos o inicios de la construcción.

Los pacientes de esta residencia serán aquellos niños y niñas que tienen un trastorno mental y requieren de intervenciones intensivas que deben ser ejercidas fuera de su entorno sociofamiliar. «Hasta el momento, los casos que lo precisan son derivados a dispositivos de fuera de nuestra comunidad», señalaron desde Sanidad. En el momento en el que esta instalación entre en funcionamiento se evitarían estos desplazamientos. En su momento se comunicó que el hecho de ubicarla en Zaragoza sería para cumplir con el objetivo «integrador» de los usuarios con el entorno.