El presidente de Aragón, Javier Lambán, y su homólogo catalán, Carles Puigdemont, se reunirán el próximo lunes en Barcelona. Ambas comunidades reanudan los contactos después de años sin que se produjese ningún encuentro bilateral. Luisa Fernanda Rudi no se reunió con Artur Mas durante una legislatura entera. Para encontrar algo semejante hay que remontarse a la etapa de Marcelino Iglesias, que se vio con el también socialista Josep Montilla en el 2010.

Desde el 2010 las relaciones --o más bien las no--relaciones-- se han ido degradando. Antes tampoco fueron fáciles. En el 2007 Iglesias llegó a dejar la Eurorregión hasta que Cataluña devolviese los bienes. Los puntos más calientes: el conflicto de los bienes; las manipulaciones de la historia a cuenta de la inventada Corona Catalanoaragonesa o las presuntas anexiones de los independentistas de los municipios de la franja. Sin olvidar los conciertos sanitarios que unen a ambas comunidades, y que generan no pocos problemas en determinadas épocas como el verano. Todas estas cuestiones, sazonas con declaraciones políticas cruzadas, han terminado por viciar las siempre complejas relaciones de vecindad.

Desde su investidura, y en su discurso de toma de posesión como presidente, Javier Lambán, siempre ha tendido la mano a la comunidad vecina. El jefe del Ejecutivo ha dicho en repetidas ocasiones que son más los lazos de unión que las divergencias. Aunque en los últimos años han primado las divergencias. De hecho, una de las primeras medidas que adoptó el socialista desde el Pignatelli fue remitirle una carta al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, exigiendo una rectificación después de que el consejero de Justicia catalán apostase por anexionar el territorio de la franja.

Las relaciones nunca han sido sencillas. Pero el encuentro del lunes se produce en un momento crucial. Con la conformación del Gobierno central aún en el aire, pendiente de apoyos a derecha e izquierda, y con los votos de los independentistas catalanes en juego, la reunión adquiere una trascendencia especial. Sobre todo porque Lambán ha rechazado con vehemencia cualquier pacto del PSOE con los separatistas. Los asuntos sobre la mesa, larvados durante años, son muchos. Y las soluciones en esta primera reunión no parecen al alcance. Pero tras la guerra fría, de nuevo se retoman las relaciones bilaterales. Teniendo en cuenta de dónde se viene, parece ya un paso crucial.