Aragón alberga actualmente alrededor de 700 refugiados, de los 1.042 que han encontrado su primer hogar en la comunidad desde que, en el 2015, se instauró el protocolo que coordina las actuaciones del Gobierno de Aragón, los ayuntamientos y las oenegés y asociaciones que se encargan de proporcionar ayuda a estos desplazados, una idea que fue la primera autonomía en aplicar.

La consejera de Derechos Sociales de la DGA, María Victoria Broto, destacó este carácter pionero del protocolo aragonés durante la celebración de los actos del Día Mundial de los Refugiados, que incluyó jornadas informativas, ya iniciadas anteayer, y un acto en el edificio Pignatelli en el que las diversas entidades involcuradas en la ayuda (Accem, Cruz Roja, Cepaim, Apip-Acam y la Iglesia Evangélica Española) y parte de los refugiados ofrecieron pequeños conciertos, por la tarde, en los jardines traseros del edificio.

En pocas ocasiones el Día Internacional ha cobrado más relevancia que este, con la acogida de los más de 600 refugiados del Aquarius. Broto indicó que siguen a disposición del Gobierno central, que no ha indicado todavía cuántos serán acogidos en Aragón.

La responsable de Accem en Aragón, Julia Ortega, agradeció la buena disposición general de la Administración, aunque señaló que siguen existiendo muchos problemas para los refugiados, desde la inexitencia de vías «legales y seguras» para su llegada Europa hasta la lentitud administrativa que hace que, incluso ya inmersos en un programa de integración, pierdan todas las ayudas y trámites por no renocerse su estatus de refugiado. Algo frecuente, dado que España ronda el 4% de reconocimiento.

Por la tarde, la plaza de España de Zaragoza albergó una multitudinaria concentración en favor de la acogida y los pasajes seguros.