Hace ya tres años que el Gobierno de Aragón decidió tomar medidas para regular el sector de las viviendas turísticas, las casas cuyos propietarios ponen a disposición de los ocupantes a precios más económicos que un hotel tradicional. Las quejas del sector hostelero, por las deficiencias que consideraban que tenían estos alojamientos, y a su vez la dificultad de atajar una práctica que pertenece al ámbito privado, llevó a la DGA a adoptar una medida intermedia, un registro de casas para garantizar los derechos del consumidor pero a su vez no limitar en exceso la libre competencia.

El plan parece estar dando resultados, y en estos tres años ya son casi 1.200 viviendas de uso turístico (1.175, concretamente) las que figuran inscritas en el registro de la DGA. Según los datos, el ritmo de inscripción está siendo regular aunque decreciente desde que, en el 2016, se produjese el boom con 398 inscripciones. El año pasado se sumaron 321 y en lo que va de este, con datos hasta julio, son 226.

HUESCA, LÍDER

Por provincias, destaca con claridad Huesca, que acumula un 63% de estas viviendas de uso turístico, 742. Están claramente enfocadas al disfrute del Pirineo, ya que las comarcas del Alto Gállego y la Ribagorza acumulan el 71% de las oscenses, 531. El resto se reparten de forma muy desigual, aunque en Los Monegros, por ejemplo, solo hay una en toda la comarca.

La segunda provincia, a mucha distancia, es Zaragoza, con 254 de estas casas registradas. En este caso es la capital la gran destacada, con 215 casas, con poco predicamento en el resto de comarcas. Por su parte, Teruel cuenta con 179, muy repartidas por toda la provincia, sin que lugares especialmente turísticos como la sierra de Albarracín o el Matarraña destaquen especialmente.

El modelo parece estar encontrando acomodo pero sin que, como sucede en otras comunidades, el sector amenace de forma seria a la hostelería tradicional. Basta con pensar que Aragón contaba a estas alturas del año pasado con 33.000 plazas hoteleras, con lo que el porcentaje de estas viviendas es muy escaso.

CONDICIONES O LIMPIEZA

Otra prueba del aparente buen funcionamiento del sistema es la escasez de reclamaciones que acumulan. Paralelamente al proceso de regularización, la DGA puso en marcha un plan de inspección y abrió cauces para las quejas de los usuarios. Pues bien, en estos tres años solo ha habido diez denuncias o reclamaciones, todas este año, ocho en Zaragoza y otras dos en Huesca.

Y a raíz de estas o de las inspecciones, el Gobierno de Aragón solo ha abierto tres expedientes sancionadores, todos este año y en la provincia de Huesca. Según explicaron fuentes del departamento de Turismo, estas quejas suelen tener que ver con las condiciones de habitabilidad y limpieza. Si se trata de irregularidades administrativas o incumplimientos de los servicios básicos que deben ofrecer, los inspectores aperciben a los propietarios de las casas y les dan un mes para solucionarlas.

Entre los supuestos afectados por este auge de las viviendas turísticas, tanto en Horeca Zaragoza como en la Federación Aragonesa de Turismo Rural (Faratur) se mostraron relativamente satisfechos con la implantación de esta regulación en Aragón, aunque echan en falta algo más de control de los establecimientos, por ejemplo en la matrícula que deben de tener las viviendas y que debe aparecer en su anuncio. Las viviendas de turismo rural están inmersas en su propio proceso de cambio normativo.