El consejero aragonés de Medio Ambiente, Modesto Lobón, abogó hoy en Bruselas por que la Unión Europea adopte una propuesta para dar más libertad a los países a la hora de decidir sobre el cultivo de productos transgénicos en su territorio.

"Esto es muy importante para España, pero particularmente para Aragón, que tiene un transgénico muy importante: el maíz", afirmó Lobón en declaraciones a la prensa, en el marco de una reunión de ministros de Medio Ambiente en la que participa junto al titular español, Miguel Arias Cañete.

Los ministros de los Veintiocho debaten en esta sesión sobre la posibilidad de retomar una propuesta hecha por la CE en 2010 que aboga por dar libertad a los Estados para restringir o prohibir el cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM) en su territorio con argumentos que no sean ni sanitarios ni medioambientales.

El consejero aragonés, que representó a todas las regiones españolas en el encuentro, explicó que España apoya la propuesta pero no desea que se produzca una "renacionalización del tema de los transgénicos", sino que siga existiendo un marco europeo al respecto.

En su opinión, "eso sería ir contra la modernidad" y supondría un perjuicio para la investigación en España.

En este sentido destacó que Aragón podría verse muy perjudicado ya que en la región existen importantes cultivos del maíz genéticamente modificado.

Las Comunidades Autónomas españolas adoptaron una posición común de cara a este Consejo en la que defienden su conformidad con la propuesta de la Comisión "si con ello consigue agilizar los procedimientos de autorización, renovación o denegación de los OGM en el cultivo", siempre que se garanticen rigurosos criterios de evaluación.

Esta postura es también la defendida por Arias Cañete, quien afirmó que para España "si los dictámenes científicos garantizan la absoluta seguridad de los OGM, no hay ninguna razón que impida su liberación en el territorio comunitario".

Por otra parte, los ministros de los Veintiocho también debatieron hoy el paquete de medidas en materia de clima y energía que la CE presentó en enero, cuyas principales propuestas son obligar a los países a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% hasta 2030, y conseguir que para esa fecha las energías renovables supongan el 27% del consumo energético total a nivel comunitario.

En este sentido, Lobón explicó que tanto las Comunidades autónomas como el Gobierno respaldan ambos objetivos y defienden la necesidad de que este marco político sea "ambicioso y estable".

"Es muy importante que haya una estabilidad que permita que aparezcan inversiones en tecnologías bajas en carbono. Si el marco no es estable, o no se producen o se producen en menor medida", dijo.

Sin embargo, España pidió a sus socios europeos que introduzcan entre las medidas una mejora de las interconexiones energéticas comunitarias, mediante el establecimiento de una meta mínima obligatoria del 10%.

El consejero aragonés consideró que, en este sentido, "España es una isla", ya que el ratio de interconexión del país con el resto del continente -que se produce a través de la frontera francesa- es solo del 1,2%.

"Esta medida es fundamental para superar el aislamiento de España, que es además una barrera que impide la creación de un mercado único europeo energético", dijo Lobón.

Además, la delegación Española abogó por que los objetivos de recorte de emisiones de gases nocivos entre países se fijen en función de las emisiones per cápita y no en función del PIB per cápita, como proponen otros europeos, con el fin de tener mejor en cuenta las peculiaridades de cada Estado.