Han pasado tres meses desde que el coronavirus empezó a golpear nuestras vidas y se decretó el estado de alarma. De un día para otro, Aragón y el mundo se pararon. Gestos rutinarios como un apretón de manos, llevar a nuestros hijos al colegio o visitar a un familiar en una residencia se convirtieron en actos prohibidos a la vez que anhelados. Supimos de repente de la importancia y el valor de nuestra vida. Como sociedad, hemos tenido que adaptarnos y como Gobierno enfrentarnos a un desafío sin precedentes. Un desafío que, en su cara más dolorosa, se ha llevado la vida de 901 personas, con nombres y apellidos y con familiares y amigos a los que quiero dirigirme en primer lugar para transmitirles mi pésame, afecto y respeto más sinceros.

Desde el Gobierno de Aragón queremos recordar a cada uno de los aragoneses golpeados por esta enfermedad. Ellos y su memoria conforman nuestra identidad y nuestro ser como pueblo aragonés. Por eso, el próximo 27 de junio les rendiremos un homenaje en todos y cada uno de los municipios de la comunidad.

En medio de una situación de extraordinaria gravedad jamás imaginada, angustiados por la falta inicial de material de protección para nuestros profesionales, mi Gobierno entendió que debíamos trabajar con celeridad y unidad para tratar de ofrecer seguridad y certezas a los ciudadanos. Por ello, hemos trabajado en gabinete de crisis desde el primer momento y todos los departamentos han impulsado medidas de manera coordinada y siempre enfocadas al fin primordial de salvar vidas y proteger a los aragoneses.

La solidez de los equipos de los departamentos ha permitido adoptar soluciones muchas veces pioneras, como la creación de centros Covid para salvaguardar a nuestros mayores, el refuerzo del personal sanitario, la construcción de hospitales de campaña a los que no ha hecho falta recurrir, la creación de un almacén específico para material sanitario que evite desabastecimientos en un futuro, la iniciativa Aragón en marcha, ejemplo de colaboración público-privada, la creación de recursos respiro para sanitarios, la educación telemática con la distribución de tabletas y otros equipos a los más desfavorecidos, o iniciativas ciudadanas como las generadas por la experiencia Aragón en marchaFrena la curva

Durante esta pandemia se ha demostrado que tenemos un sistema de sanidad público fuerte y preparado y que vamos a seguir fortaleciendo. Y unos profesionales sanitarios y de servicios sociales a los que quiero agradecer su dedicación, sacrificio y esfuerzo, al igual que a todos los trabajadores del sector primario y logístico, profesores, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado…, que han permitido que esta comunidad haya seguido funcionando. Ha sido un éxito de la sociedad aragonesa, de su esfuerzo y responsabilidad, la vuelta poco a poco a la normalidad completando cada una de las fases de forma ordenada.

Aragón ha sido un ejemplo de superación de esta crisis sanitaria, pero también de unidad para afrontar el futuro. Y muestra de ello es la pionera Estrategia aragonesa para la recuperación económica y social q A todos ellos les agradezco de corazón su altura de miras, su capacidad para haber entendido que solo juntos podíamos salir adelante porque una misión como esta es imposible afrontarla por un gobierno en solitario. Frente al clima de crispación de otros territorios y de la política nacional, Aragón despliega consenso, estabilidad, moderación, unidad y solvencia.

Ahora, nos toca al Gobierno de Aragón ejecutar esa estrategia y para eso, estamos trabajando, reenfocando todos nuestros recursos para reactivar la economía, pero también para combatir la desigualdad y, sobre todo, para garantizar que nadie se queda atrás. La próxima semana presentaremos una batería de medidas económicas y sociales cuyo fin es que nadie quede atrás, que todos salgamos de la crisis al mismo tiempo.

Como presidente de Aragón seguiré reclamando al Gobierno central los fondos que nos corresponden y que se atiendan nuestras especificidades como territorio. Con la misma lealtad y coordinación que durante estos tres meses hemos demostrado al reivindicar medidas de flexibilización del medio rural, que los niños pudieran salir a la calle, que se pudiera ir a los huertos o que se habilitaran instrumentos de financiación para las pymes y ayudas para el sector turístico, hostelero y cultural. Pero defendiendo por encima de todo el interés de los aragoneses.

La pandemia no ha terminado. Y se nos abren nuevos retos. La vuelta al cole en septiembre, la posibilidad real de un rebrote en otoño, la recuperación del empleo y de la situación económica aragonesa previa al coronavirus, el modelo residencial… No podemos bajar la guardia y debemos seguir cumpliendo las medidas sanitarias para no dar pasos atrás.

El esfuerzo colectivo de los aragoneses en la lucha contra esta grave crisis sanitaria ha aportado lo mejor de nosotros mismos para seguir adelante, trabajando por el bien común. Sigamos fuertes y unidos.