Ayer no fue un domingo más de la cuarentena. La voz de las niñas y niños de Aragón se volvió a escuchar en las calles tras 42 días de confinamiento. Aunque las zonas de juego estaban cerradas, sus propios juguetes no faltaron a la cita y los niños salieron de casa acompañados, además de sus padres o hermano mayor, por su patinete, bicicleta, moto, carrito, patines, balón y un largo etcétera.

El parque Grande José Antonio Labordeta fue uno de los que desinfectaron los bomberos para que los niños pudieran disfrutar de una soleada y primaveral mañana. Hasta allí acudieron familias, que como la de los Javierre Sasot, quisieron inmortalizar el momento haciéndose una fotografía frente a la fuente con sus dos hijos, de 7 y 12 años.

Adriana, de 7 años, y Elena, de 3, son dos hermanas zaragozanas que aprovecharon para almorzar relajadas en un banco. Ellas ya tenían planeado qué hacer en los próximos días. «Vamos a jugar a la pelota y pintar. Hoy hemos salido con los patinetes a disfrutar un poco», comentó la mayor. Aunque esta vez estuvieron acompañadas por su madre, la idea de esta familia es turnar las salidas cada día con uno de los progenitores. «Necesitábamos tomar el aire, oxigenarnos» subrayó ella.

Blanca y Carlota, de 11 y 9 años, también tenían muchas ganas de volver a pisar el césped. «Al vivir solo en un piso con terraza, sin jardín, lo hemos echado mucho de menos», explicó su madre. Ayer eligieron un avión de juguete y una pelota, pero «querían sacar todo: bicicleta, patinete, patines...», recordó.

Los Rodríguez Portolés aseguraron que cumplirían la hora diaria establecida e incidieron en el hecho de que «solo dejen salir a uno con los niños». «Nos parece raro porque convivimos los cuatro en casa, solo un padre es demasiado severo, saliendo con la mascarilla y teniendo cuidado se puede salir sin ningún problema», subrayaron. Otras dos hermanas, Julieta y Catalina, más pequeñas, de 5 y 2 años, no tenían todavía pensado qué hacer durante sus salidas, pero la mayor quería seguir mejorando sus habilidades en bicicleta, «sin ruedines», aclaró.

Había quienes recogieron algunas de las muchas piñas que estas semanas han esperado en las zonas verdes. Otros jóvenes aprovecharon para ir a por el pan o el periódico. O como en el caso de Iván y Hugo, de 13 y 10 años, para pasear a su perra tras más de un mes sin poder hacerlo. «Ahora me hace mucho más caso, le hemos dado una alegría», comentó el benjamín.

Iván deseaba poder salir porque «los días en casa se hacen muy largos», apuntó, pero su madre Maite Fernández indicó que controlaban la hora y la distancia. «Hemos mirado que un kilómetro es más o menos hasta el parque y es lo que vamos a hacer», indicó mientras caminaban por el Paseo Fernando el Católico. El mayor de la familia cumplió los 13 en el mes de enero, sin embargo, uno de sus compañeros de clase tiene 14 y «no le gusta nada no poder salir, pero se tiene que aguantar», concluyó. Fernández hizo referencia además a la necesidad de salir de los ancianos y tiene la esperanza de que puedan hacerlo pronto.

La emoción inundó las calles de la comunidad y alguno de los niños incluso adelantaba el paso a su madre en el camino. Fue día de reencuentros, en los que algunos guardaban la distancia de dos metros, pero otros se olvidaron de ello. En los diálogos, la pandemia era el tema de conversación. «La bofetada ya nos la hemos llevado, ahora estamos con la incertidumbre de no saber qué pasará», dijo una ellas.

Algunos abuelos se acercaban a las puertas de los parques para poder ver a sus nietos, aunque no debían, y muchos compañeros de colegio volvían a verse tras haber estado en contacto solo mediante las clases virtuales. Pero, eso sí, sin contacto físico y con el grito de sus madres recordándoles que debían respetar el espacio. «Blanca, ¡apártate!», dijo una de ellas. Aunque algunas familias aprovecharon la excusa para salir al completo, otras insistían en respetar las medidas establecidas. Y por las calles rondaba la Policía Local para recordarlas.

El kit de paseo incluyó mascarillas quirúrjicas y de tela, guantes y gel hidroalcohólico. Otra de las imágenes de la jornada fue la de los niños -con pelota en mano- acompañando a sus padres a tirar la basura. A las 9 de la noche, el permiso terminó, pero la lluvia de las seis de la tarde seguro que decoloró la que fue la primera salida de miles de niños.

El primer paseo de Pablo en el parque de Zaragoza

Pablo, un bebé zaragozano que cumplirá dos meses el próximo 9 de mayo, disfrutó ayer su primer paseo. «Tiene 40 días y este es su primer paseo largo, si quitas las visitas al pediatra», detalló su madre, Lucía Aparicio. Un momento que le resultó extraño, «parece que hemos salido de una burbuja, como si llevara veinte años encerrada», contó. La joven, que es pedagoga, considera positivo salir, «él necesita estímulos, hasta ahora le he sacado al balcón mañana y tarde», explicó. Además, notó que Pablo se había tranquilizado y que le sentó muy bien la caminata.

Como Aparicio, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar) cree que el levantamiento de la restricción para los menores es una medida acertada. Al igual que la asociación aragonesa de familias numerosas 3yMás, que pide que se permitan las salidas con más de tres niños por adulto cuando «las circunstancias lo justifiquen».