Hoy hace cuarenta años que se constituyó en la iglesia de los Francos de Calatayud (Zaragoza) la primera Diputación General de Aragón, y por ese motivo el Ejecutivo actual ha querido homenajear a los 15 hombres "insignes" que la formaban y que consiguieron que la comunidad dejara de estar "postergada".

El presidente actual, Javier Lambán, y el primero de aquella DGA, Juan Antonio Bolea, han sido los protagonistas del acto con el que se ha querido conmemorar el cuadragésimo aniversario del nacimiento de la autonomía, que abrió las puertas a Aragón a una importante etapa de desarrollo de sus potencialidades, según Lambán.

A "Aragón la autonomía le ha sentado magníficamente bien", ha asegurado Lambán, quien ha insistido en que sin autogobierno, en la comunidad, que durante siglos estuvo "alejada del crecimiento y la de la modernidad económica", no habrían sido posibles cuestiones como el aprovechamiento de su ubicación estratégica para impulsar la logística, el uso del cierzo para convertirse en referente de la energía renovable o la puesta en valor de su patrimonio natural, que permite suplir el encanto de las playas para atraer visitantes.

Juan Antonio Bolea (presidente), Jaime Gaspar (vicepresidente) y José Ángel Biel (secretario general) encabezaban un gobierno del que también formaban parte Saturnino Arguís, León Buil, Antonio Carasol, Gaspar Castellan, Ángel Cristóbal Montes, César Escribano, Antonio García Mateo, Ángel García-Viana, Alberto Fuertes, Ramón Sáinz de Varanda, Joaquín Tejera y Carlos Zayas.

Solo seis continúan vivos. Son los cuatro que han asistido al acto (Bolea, Cristóbal Montes, Biel y Tejera), Castellano y Zayas.

Estos cuatro, así como el hijo de Gaspar Castellano, José Luis, -actual secretario general técnico del Departamento de Desarrollo Rural- han recibido de manos de Lambán un documento orlado, firmado por todos los miembros del gabinete actual.

En él se expresa el "testimonio del reconocimiento a quienes hicieron posible iniciar el camino de la defensa de las libertades desde el compromiso con el servicio a la sociedad, respeto a la igualdad, lealtad con las justas aspiraciones de progreso, implicación en la defensa de los cauces democráticos de participación y permanente disposición de acción a favor del interés general de Aragón".

Antes, Juan Antonio Bolea ha reeditado el juramento que leyó el 22 de abril de 1978 en la catedral de Huesca, cuando su Gobierno tomó posesión y, como primeras decisiones, se adoptó la cuatribarrada con el escudo como bandera y se declaró el 23 de abril, San Jorge, como Día de Aragón.

Bolea, ha recordado las palabras que pronunció y cómo juró solemnemente ante el pueblo aragonés "respetar y cumplir las costumbres, leyes y fueros de Aragón en cuanto tradición de equidad y justicia", además de "trabajar por el establecimiento definitivo de otras nuevas que signifiquen la autonomía efectiva de un Aragón solidario dentro de la unidad constitucional de España".

También servir a su pueblo y "defender sus intereses en la paz y en la libertad".

Después de pronunciar un "¡Viva Aragón!", Bolea ha izado la bandera de la comunidad, como hizo el 23 de abril de 1978 junto al monumento del Justicia de la Plaza de Aragón, al final de la multitudinaria manifestación que reunió en las calles de Zaragoza a más de 150.000 personas en apoyo al autogobierno, en los albores de la democracia.

Cuarenta años después, Lambán ha calificado de "rotundo éxito" el proceso autonomista, reflejo del "ansia de libertad" que había en toda España.

En Aragón en concreto, ha recordado, desde la abolición en 1707 de los fueros con los decretos de Nueva Planta de Felipe V de Borbón, "nunca" dejó de existir una corriente de reclamación autonómica y de "lamento", así como una "reivindicación latente" de recuperación de su autonomía.

Por fin, en 1977, junto con todo el bloque de reformas del inicio de la Transición, se planteó la recuperación del autogobierno, en un momento "absolutamente luminoso" producto del empeño de un grupo de hombres y mujeres "de talla estelar" que culminó en la constitución de esta primera Diputación General de Aragón.

Por todo ello, según Lambán, los aragoneses se pueden arrogar la responsabilidad y el orgullo de ser "fundadores" también de "ese gran país que es España".

Y ha concluido comprometiéndose, en nombre de su Gobierno, a seguir la estela de estos hombres para, ha deseado, "poder estar a su altura".