Los aficionados a la montaña cuentan desde ayer con una nueva herramienta, bautizada como ATES, que les ayudará a evaular el riesgo de aludes en la zona que desean recorrer, y valorar si conviene escoger otro itinerario para cualquier actividad invernal fuera de las pistas, desde paseos a recorridos con raquetas o de esquí. La herramienta está ya disponible en la web del programa Montaña Segura (del mismo nombre), una iniciativa del Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM).

Según recordó ayer la directora general de Justicia e Interior, María Ángeles Júlvez, en la presentación de ATES, el recién concluido 2017 solo ha dejado un accidente relacionado con aludes, pero en el 2016 fueron 6, y otros 4 el año anterior. Por ello han decidido mejorar en la medida de lo posible la información para los aficionados y expertos montañeros, a través de este sistema.

El manejo, según explicó Carmen Maldonado, gerente de la FAM, es sencillo. Primero se consulta el nivel de riesgo de aludes, (valorado del 1 al 5) que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) actualiza a diario en su sección de avisos, en el apartado de nivología.

Por otro lado, la herramienta ATES ofrece en la página web un mapa de la zona que se desea recorrer, en la que aparecen diferenciados los terrenos por niveles simple, exigente y compleja. La primera es en principio más segura, al ser llana y no facilitar la acumulación de nieve; en la segunda hay riesgo pero posibilidad de evitarlo si se tienen nociones de montañismo, como autorescate o búsqueda de vías de escape. La tercera sería la de más alto riesgo, con escasas o nulas opciones de evitar ser afectado por una avalancha.

Con ambas magnitudes se acude al evaluador, un gráfico que clasifica por colores (verde, amarillo y rojo) el peligro de la excursión, según haya que tener precaución, precaución extra o no se recomiende transitar por esa zona.

Según han constatado los expertos de la FAM, la mayoría de los accidentes relacionados con aludes corresponderían a las zonas amarillas o rojas, en un nivel 3 de peligro de aludes (el que hay estos días, habitual en invierno).

Por el momento, el programa ha empezado como prueba piloto cartografiando el entorno del Aneto, que incluye las rutas que parten del Hopital de Benasque, el refugio de la Renclusa o el refugio de Cap de Llauset. Si la herramienta es útil para los montañeros, como se espera, se ampliará.

Esta primera prueba ha sido fruto del trabajo de cuatro técnicos, coordinados por el geólogo Iván Moner. El pasado mes de abril, según explicó ayer en la presentación, recorrieron la zona no solo para constatar que la cartografía de la que disponían era adecuada, sino para comprobar con entrevistas al personal de los refugios, guías de montaña o vecinos de la zona dónde son más frecuentes los aludes. Fruto de este trabajo nació el mapa, descargable en distintos formatos en la web (y también expuesto en los refugios, como panel), que refleja por niveles de riesgo las 12.720 hectáreas de la zona, de las cuales apenas un 10% son de dificultad sencilla, y más de la mitad complejas.

Según recordó Moner, la tabla evaluadora del riesgo ha sido importada de Canadá, donde se estudió en profundidad el tema a raíz de una tragedia que costó la vida a 7 adolescentes en el año 2003.