Las cumbres en las que nacen los ríos pirenaicos acumulan nueve equivalente a 239 hectómetros cúbicos, una cifra superior a la registrada al comenzar el seco 2012 --178-- pero al mismo tiempo claramente inferior a la media de los últimos cinco años, que se sitúa en 277, según la estimación que difundió ayer la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Tan solo el tramo inicial del Gállego, con 40 hectómetros, presenta peor registro que el año pasado, cuando acumulaba 54. La cabecera del Ara almacena 29 --frente a 22 en la primera semana del 2012--; la del Cinca, 55 --41--; la del Ésera, 63 --35--, y la del Noguera Ribagorzana, 52 --26--.

Los datos sobre reservas de nieve son también mejores que los del año pasado en la cabecera de la cuenca --14 hectómetros frente a solo dos-- y en las del Aragón y el Irati --62 por 30--, que son los principales suministradores de caudales para los sistemas de riego del eje del Ebro.

El grueso de las reservas de la cuenca se ubica en las cabeceras del Pirineo catalán, que acumulan 393 de los 710 hectómetros totales; Casi un tercio de ellos --119--, en el Garona.