Aragón quiere fomentar la igualdad de género desde la base y por ello ha puesto en marcha un plan pionero para que cada colegio e instituto de la comunidad desarrolle iniciativas contra la discriminación sexista, ya sea entre alumnos, docentes o familias. El proyecto, según informó ayer la consejera de Educación, Mayte Pérez, consta de cuatro líneas estratégicas: actuaciones de sensibilización y formación, implantación de planes de igualdad en los centros educativos, prevención de la violencia de género y asentamiento de una orientación profesional no sexista.

Los centros educativos, que han recibido una guía facilitada por el departamento, tienen de plazo hasta el curso 2020-2021 para implantar sus planes de igualdad y deberán incluir medidas para la prevención de la violencia machista y la desigualdad. Es decir, se trata de una programa por tres años.

El proyecto se pone en marcha tras varios informes realizados por el departamento sobre el género en las aulas, que detectan sectores especialmente masculinizados o feminizados, En este sentido, Pérez manifestó la necesidad de que la Administración actúe y ponga «todos los medios para empoderar a la mujer y romper con los sesgos de origen». En este sentido, el 96,69% de las plantillas de Educación Infantil son mujeres, un 77,12% en el caso de Primaria. Sin embargo, solo ocupan los puestos de dirección en un 67% de los casos. «Esto denota que no es proporcional a la representación», añadió Pérez.

DIFERENCIAS DE GÉNERO

En el caso de Educación Secundaria, las profesoras representan el 63,72% del claustro, pero solo son el 40% de las directoras de institutos. Por el contrario, en Formación Profesional las docentes son apenas el 44% del profesorado, ya que se trata de un sector de enseñanza donde hay más alumnos varones y profesores en ramas como Electricidad y Electrónica, Mantenimiento de Vehículos o Informática y Telecomunicaciones.

Respecto a las matriculaciones y las opciones de estudio de los jóvenes, otro de los pilares que sustenta el plan de igualdad es la orientación académica y profesional no sexista. De este modo se quiere compensar que en determinados estudios hay una presencia mayoritaria masculina y femenina, por lo que la meta del proyecto es que «el estudiante pueda dedicarse a aquello que le interesa, sin que antiguos prejuicios puedan disuadirle».

La Formación Profesional presenta diferencias de género, ya que está más feminizada para puestos administrativos, de restauración, sanitarios o de estética, mientras que en Electrónica e Informática hay más chicos. En cualquier caso, sí que existen grados de FP donde hay bastante paridad, como es el caso de Artes Gráficas, Química, Comercio y Márketing. «Es necesario actuar para que el género no determine la elección de su vida profesional. Es necesario hacer más visibles los estudios de la tecnología para la mujer, ya que las nuevas demandas de empleo van vinculadas a este sector», apuntó la consejera Pérez.

Así, añadió que, según los datos, en los próximos años más de tres millones de puestos de trabajo estarán vinculados a las tecnologías. «Y ahora la mujer no es que esté excluida, pero no le atraen esas formaciones y tenemos que hacer atractiva la escolarización en esas ramas para ellas», detalló. Este curso ya se están ofrecido campañas de sensibilización y talleres en los centros para visibilizar, por ejemplo, la presencia de hombres en profesiones sociosanitarias o de mujeres en Electricidad y Electrónica.