Aragón es la comunidad que más ha recuperado el gasto público educativo perdido durante los años más incipientes de la crisis económica. En el 2015 -cuando se produjo el relevo en el Gobierno autonómico con el acceso al cargo de Javier Lambán en sustitución de Luisa Fernanda Rudi-, destinó a este apartado casi un 20% más que en el 2009 (con Marcelino Iglesias en la presidencia del Gobierno aragonés), un porcentaje superior al de cualquier otra autonomía. De hecho, solo otras dos --Asturias (15,9%) y Baleares (1.5%)—tienen un registro positivo en la evolución del gasto educativo durante este periodo. Y solo estas tres y La Rioja lograron en el 2015 alcanzar la cuantía que habían destinado seis años antes. El resto se mantiene por debajo y la media estatal advierte de una disminución global superior al 10%.

De este modo, Aragón se coloca a la vanguardia en cuanto a la recuperación de los recortes sufridos en gasto público educativo -sin contar el universitario- si bien el resurgir se hace más evidente al comparar las cifras con las del 2012, ya con la crisis en plena ebullición. Entonces, el gasto en Aragón descendió hasta los 785 millones, una cifra notablemente inferior a los 902 del 2009. En el 2015, la cuantía ascendió hasta los 1.079 millones de euros. Ninguna otra comunidad muestra una progresión semejante, según el informe del curso escolar 2017-18 elaborado por el sindicato de enseñanza CCOO

FONDOS DEL ESTADO

La evolución en Aragón contrasta, además, con el gasto público realizado por el Ministerio de Educación. «Para muchas comunidades, esos fondos eran esenciales para atender la atención a la diversidad, pues el coste de las competencias educativas se había estimado sobre la base del coste de los servicios transferidos, sin mucho margen de maniobra», expone el sindicato.

En este sentido, CCOO recuerda que en el 2012, el ministerio «suprimió la inmensa mayoría de estos fondos y en el 2015, destinó la mitad de lo que dedicaba en el 2009 al conjunto del gasto público educativo para los niveles no universitarios; mientras que en el caso del destinado a los programas que se dedican preferentemente a la atención a la diversidad, en el 2015 gastó solo un tercio (un 34,9%) de lo que dedicó en el 2009. Todo un ejemplo de dejación de sus funciones y de apuesta por la inequidad», asevera el estudio.

Así, esta rebaja en los fondos procedentes del Estado habría sido determinante, según el colectivo, en el gasto que Aragón habría destinado a programas de atención a la diversidad. Según el informe, la comunidad dedicó en el 2015 algo más de 32 millones de euros a esta inversión, cuando en el 2009 había superado los 40. Solo Castilla La Mancha, Extremadura, Galicia o País Vasco muestran un nivel de recuperación menor en la aplicación de este tipo de programas, algo que también se repite en el gasto en educación de adultos, disciplina en la que Aragón es, junto a Madrid o Galicia, la que registra una menor capacidad de resurgimiento.

En una de sus conclusiones, CCOO denuncia, en este sentido, que «en el 2015, siete años después de iniciada la crisis y cuando se nos anunciaba la salida de esta, puede afirmarse que la reducción de las partidas más compensadoras y favorecedoras de la equidad no son una mera consecuencia no deseada de los recortes, sino una propuesta premeditada: ha habido dinero para la ampliación de los conciertos, pero no para becas y atención a la diversidad».