Aragón necesitará cinco años para recuperar los niveles de empleo previos a la crisis económica. Así lo aseguró ayer el secretario general de UGT Aragón, Daniel Alastuey, durante una rueda de prensa en la que el sindicato presentó su informe sobre el mercado laboral del 2018. Su previsión contrasta con la que realizó hace solo una semana en Zaragoza el Servicio de Estudios del BBVA, que fue mucho más optimista al estimar que el mercado de trabajo aragonés volverá a las cifras del 2008 a mediados del próximo año.

El líder ugetista incluso fue un poco más allá y afirmó que, si la economía se sigue desacelerando, la comunidad aún podría tardar más años en recuperar el empleo perdido, si bien indicó que todo ello también dependerá de cómo evolucionen los proyectos empresariales previstos.

Actualmente hay 577.000 ocupados en Aragón, unos 55.000 menos que a finales del 2008. «El año pasado se crearon 11.000 empleos y la tendencia es a la ralentización, así que veo muy difícil recuperar el nivel precrisis antes de cinco años», incidió Alastuey, que apuntó que quizá también sería necesario analizar si esa pérdida de empleo es solo consecuencia de la recesión. «La digitalización de la economía puede ser otra de las causas», señaló.

ALZA «BRUTAL» DE LA DESIGUALDAD

Lo que quiso dejar claro Alastuey es que tanto el PIB como los «excedentes de explotación» de las empresas (un concepto que incluye sus beneficios) han crecido mucho más que el empleo en esta década. Así, estos últimos subieron ocho puntos respecto al 2008, mientras que el PIB progresó casi seis y Aragón ya recuperó en el 2017 el nivel de riqueza previo a la crisis: «Todo ello se ha producido en un escenario de clara devaluación salarial, lo que demuestra que la reforma laboral ha sido muy eficaz en conseguir el objetivo que perseguía».

En este sentido, lamentó que la caída de rentas se ha concentrado además en los trabajadores con las retribuciones más bajas. «La pérdida global de salarios se sitúa en el 4% pero entre quienes menos cobran ha sido de más del 16%, lo que evidencia un aumento brutal de la desigualdad», indicó el líder sindical.

En este sentido, denunció la caída de la calidad del empleo, como demuestra el hecho de que en el 2008 el trabajo indefinido y a tiempo completo representaba el 83% y a final del año pasado si situó por debajo del 50%. «Solo el 60% del empleo actual tiene estabilidad», dijo Alastuey, que lamentó la subida de los contratos parciales «no deseados».

Por todo ello, el ugetista exigió la derogación de la reforma laboral, la recuperación del gasto público (frente a los partidos que prometen bajadas de impuestos) y un nuevo marco fiscal.