La vieja aspiración de construir una interconexión eléctrica con Francia que atraviese el Pirineo aragonés podría recibir un nuevo impulso. El Gobierno autonómico quiere que se relance el proyecto, que ha permanecido en una situación de hibernación en los últimos años tras los sucesivos y frustrados intentos de relanzarlo y a pesar de los compromisos para su desarrollo alcanzados por España y Francia. El Departamento de Industria, que dirige Arturo Aliaga (PAR), ha pedido al Ejecutivo central que priorice esta inversión, que rondaría los 1.000 millones de euros, y la incluya para ello en la planificación estatal del sistema eléctrico para el periodo 2021-2026, según informaron a este diario fuentes de la consejeria.

La propuesta encaja con las intenciones de Red Eléctrica de España (REE), la empresa semipublica encargada de la gestión y ejecución de los proyectos como operador único de la red de transporte de la electricidad (alta tensión), que en los últimos meses ha lanzado señales de su interés por acelerar el impulso de esta línea internacional y de otra adicional por Navarra. La compañía que preside Jordi Sevilla siempre ha defendido su ejecución por entender que la ampliación de las interconexiones con Francia permitiría resolver el problema de aislamiento eléctrico del país, que es a todos los efectos una isla energética debido a baja capacidad de intercambiar electricidad con Europa, lo que hace que sea más costoso asegurar la seguridad y continuidad del suministro.

Estos enlaces redundarían por tanto en un abaratamiento de la factura de la luz y ayudarían a cumplir el mandato europea de reducir la diferencia de precios entre ambos países a menos de 2 euros el megavatio-hora (ahora se sitúa en 11,58 euros).

Los argumentos, avalados por las recomendaciones de Bruselas, son compartidos por la DGA, que ve además en esta infraestructura una «oportunidad» para el desarrollo territorial, así como para propiciar la instalación de nueva potencia de generación renovable, cuyos excedentes podrían tener más salida hacia Europa.

«Creemos que es el momento de la interconexión, pero hay que tener encuentra que existe otro actor clave: Francia», según subrayó el director general de Energía del Gobierno de Aragón, Sergio Breto. Se trata de una infraestructura que en el pasado generó una fuerte contestación en la comunidad autónoma, cuando en los años 80 se quiso poner en marcha la polémica línea Aragón-Cazaril, cuyo trazado contemplaba atravesar el valle de Chistau, el más virgen de la cordillera. El proyecto empezó a construirse pero finalmente quedó paralizado en 1996 por la negativa del Gobierno francés.

EL TRAZADO / A pesar de este amargo capítulo, REE siempre ha mantenido viva la aspiración de abrir una interconexión por el Pirineo central por considerar que es infraestructura estratégica para el sistema eléctrico nacional, pero la manera de impulsar este desafío ha ido evolucionando y su concepción en nada se parece a la de ese controvertido proyecto anterior.

La línea de alta tensión que se plantea sería soterrada en la parte más montañosa para mitigar el impacto medioambiental y se aplicaría la última tecnología en transporte eléctrico, que sería en corriente continúa (lo habitual es alterna).

El modelo a seguir es el de la interconexión abierta por Gerona en el 2015, que se hizo con esas mismas características y desde entonces ha permitido ahorrar 528 millones de euros al sistema público.

En la anterior planificación de REE (2015-2020) ya se contempló el desarrollo de esta línea internacional pero como una «actuación no vinculante» (anexo II) al considerarse que era necesario un horizonte más amplio para su lanzamiento. El objetivo era iniciar al menos la tramitación administrativa, algo que no ha llegado siquiera a materializarse. Y eso a pesar de que España y Francia se comprometieron a acelerar su desarrollo en la cumbre de Lisboa del 2018 y de que el proyecto fue declarado de interés comunitario por la Comisión Europea, lo que permite que Bruselas financie hasta el 30% de la obra.

REE sigue inmersa en la fase de estudios técnicos previos y se ha centrado en dar prioridad al enlace subterráneo por el golfo de Vizcaya, que se espera poner en funcionamiento en el 2025. La inclusión del proyecto en la nueva hoja de Red Eléctrica será decisivo para que saber si definitivamente se llevará a cabo.

POSIBLES FRICCIONES / La interconexión pirenaica con Francia es una de las 29 infraestructuras que recoge la propuesta presentada por el Gobierno de Aragón al Ministerio para la Transición Ecológica para mejorar la red eléctrica en la comunidad desde el punto de vista de la evacuación y la garantía y calidad de suministro.

Lo hizo en el marco del proceso de participación abierto para elaborar la planificación 2021-2026 de REE, que finalizó el pasado verano. Esta empresa deberá ahora pronunciarse sobre la viabilidad técnica y conveniencia de los proyectos.

Aunque la oposición a la interconexión pirenaica ha ido decayendo, no es descartable que el relanzamiendo del proyecto sea motivo de fricción entre los socios del cuatripartito aragonés (PSOE, Podemos, CHA y PAR) teniendo en cuenta las suspicacias que levanta en las formaciones más a la izquierda del Ejecutivo autonómico. De hecho, la actuación forma parte del acuerdo inicial para la gobernabilidad de la comunidad firmado en esta legislatura por los socialistas y el partido de Aliaga, pero como tal no figura en el suscrito a cuatro bandas.