La crisis del coronavirus está pasando factura al tejido empresarial aragonés. La comunidad tenía el pasado mes de agosto 40.301 empresas inscritas en la Seguridad Social, 414 menos respecto a julio. Con este deterioro se incrementa hasta 948 el número de compañías destruidas en los seis meses de pandemia, de manera que Aragón retrocede a los niveles que tenía a principios del 2015 y se pierden así cinco años de recuperación en este indicador.

El deterioro ya venía dándose en los meses previos a la crisis sanitaria. Así lo pone de relieve el hecho de la destrucción de compañías sea aún mayor en la comporativa anual, con 1.317 firmas menos que en el agosto del 2019, una caída del 3,2% que es tres décimas inferior al balance del conjunto de España (-3,5%).

LA HECATOMBE DE MARZO

En cuando a la evolución mensual de agosto, un mes que siempre arroja tasas negativas, el dato fue peor al del mismo mes del 2019, cuando se perdieron 283, pero aún siendo negativo, resultó menos intenso que en el 2018, 2017 y 2016.

En los meses anteriores sí se recuperó parte de terreno perdido desde el mínimo alcanzado en marzo, cuando estalló la pandemia y se esfumaron 1.317 compañías aragonesas (-4,4%). En abril solo se perdieron 23, mientras que en mayo y junio se ganaron 886 y 450 empresas, respectivamente, al calor del repunte de la actividad propiciado por la desescalada. En julio, que también suele ser un mes de caída, se registró un leve descenso de apenas 22 firmas, uno de los mejores datos de la serie histórica para ese periodo.

El sector servicios, al que pertenecen algunas de las actividades que más han sufrido los embates de la pandemia, como la hostelería y el comercio, es el que registra un mayor desplome de empresas. En los seis últimos meses ha perdido 1.035 (-3,5%), muy por encima de la caída arrojada en la construcción (67 menos, -1,7%) y la industria (51 menos, -1,2%), mientras que la agricultura incluso ha ganado peso, con 205 más (5,4%).

LA PROVINCIA DE HUESCA MEJORA

Por provincias, Zaragoza ha sido el epicentro del cierre de empresas, con un descenso del 3,1% (887 firmas menos) en los seis primeros meses de pandemia. Teruel ha experimentado una caída del 1,7% (83 menos), mientras que en Huesca ha repuntado el número de compañías, con un alza del 0,2% (22 más).

Aunque son cuantiosas las heridas económicas que ha dejado tras de sí el covid-19, las organizaciones empresariales no tienen claro que lo peor no haya pasado. «La situación en muy preocupante, hemos retrocedido de manera my importante, perdiendo en pocos meses lo que habíamos conseguido recuperar en los últimos años», destacó el presidente de la patronal CEOE Aragón, Ricardo Mur, quien llamó a «hacer todo los posible para salvar empresas» en los próximos meses.

«El otoño y el invierno van a ser complicados», auguró, al tiempo que consideró fundamental «contener» la pandemia para evitar un mayor deterioro empresarial y laboral. «Mientras el tema sanitario no esté controlado es imposible recobrar la normalidad», recalcó.

LA INDUSTRIA SALVA LOS MUEBLES

«La situación es complicada, sobre todo por que el porvenir es incierto. Vivimos con la angustia de no saber cuándo y cómo será el final de esta situación», apuntó el presidente de Cepyme Aragón, Aurelio López de Hita. La peor parte, recuerdó, se la están llevando aquellas actividades ligadas a la vida pública, como el ocio, restauración, el comercio, los hoteles o la cultura, que» se están hundiendo» y están en riesgo «miles de puestos de trabajo». «Muchos empresarios en como su negocio de toda la vida se les está yendo al garete», lamentó.

Uno de los pocos sectores que arroja luz es el de la industria. La Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ) destacó --tras celebrar el lunes su comité ejecutivo-- que algunos subsectores, como el del automóvil, las camas o el mobiliario, «han comenzado a remontar poco a poco» y en algunos casos «han mejorado sus ventas y su ritmo de producción» por la reactivación de la demanda. No obstante, desde esta organización advirtieron que sigue habiendo empresas «en una situación muy delicada», como el comercio minorista del metal.