El Gobierno aragonés y la Fundación Ecología y Desarrollo intentarán, esta vez juntos, propiciar un acuerdo entre el llano y la montaña que ponga fin al conflicto hidráulico interno de la comunidad por la construcción de algunos embalses. Esta nueva iniciativa, la tercera, buscará el consenso caso por caso , para llegar después al entendimiento global.

El departamento de Medio Ambiente de la DGA, que dirige Alfredo Boné, y la Fundación Ecología y Desarrollo han logrado un acuerdo para que esta última intente de nuevo cerrar el conflicto llano-montaña. El encargo se hará efectivo tras el 14-M.

Esta vez, según diversas fuentes, el proyecto pretende ir de menos a más. Las dos iniciativas anteriores --una de Boné y otra de la citada fundación-- perseguían un acuerdo global en el que se sentaran a la misma mesa todos los agentes implicados: regantes, afectados por embalses, municipios, sindicatos...

Ecología y Desarrollo estuvo a punto de lograrlo, a través de la llamada Iniciativa Social de Mediación, pero a última hora, tras meses de esfuerzo, los regantes se descolgaron . Las fuentes consultadas creen que influyó la proximidad de las elecciones autonómicas de mayo del 2003.

Ahora se quieren evitar errores. Para empezar, se trabajará caso por caso , buscando el acuerdo parcial en cada zona afectada o sistema de riego implicado. Sería el caso de los embalses de Biscarrués, Santaliestra y Yesa, los que agudizan el conflicto. Se intentará propiciar el consenso entre afectados y beneficiarios de cada uno de los proyectos. Y a partir de ahí, hilvanar un consenso global.

Algunos mensajes políticos redundan en este tema. Alfredo Boné se ha mostrado dispuesto a sentarse a hablar del agua sin condiciones. Incluso sobre el tamaño del recrecimiento del embalse de Yesa. El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, ha apostado no sólo por evitar inundaciones de núcleos urbanos sino también por impedir que se tengan que abandonar pueblos.

Organizaciones como Coagret (de afectados por embalses) y la Fundación Nueva Cultura del Agua no son ajenas a esta iniciativa. Por el contrario, se han mantenido contactos informales sobre la necesidad de abrir un diálogo sólido en Aragón.

El proyecto empezará a tomar forma tras las elecciones generales, para que el ambiente electoral no enturbie más la polémica, en la que se mezcla --además-- la fuerte oposición de Aragón al trasvase del Ebro.

De hecho, al igual que estos días ya arrecian los cruces de acusaciones por la cesión de caudales, se radicalizan posturas en el conflicto interno. El viernes pasado, afectados por Yesa se manifestaron ante la DGA, para alivio de la Confederación Hidrográfica del Ebro, responsable del proyecto.