Aragón se queda, de momento, sin consulta de Inmunología Pediátrica. Así lo ha denunciado la Asociación Española de Déficits Inmunitarios Primarios (AEDIP), que ya ha trasladado a la consejería su malestar por el hecho de que el hospital Miguel Servet de Zaragoza, referencia para la comunidad en inmunodeficiencias, está llamando a los pacientes de enfermedades inmunológicas para anular las citas porque a la pediatra especializada que cubre el servicio se le acabó el contrato el pasado día 15 de marzo.

El presidente de AEDIP, Carlos Jiménez Contreras, recordó que estas enfermedades poco frecuentes requieren una búsqueda proactiva para su diagnostico porque los enfermos están en una constante odisea diagnóstica hasta que consiguen dar con el profesional especializado que es capaz de afrontar estos casos. «Aragón necesita una unidad pediátrica y otra de adultos de Inmunodeficiencias Primarias con profesionales que deben tener la formación y experiencia necesaria para su correcto desarrollo», añadió. Por ello, el colectivo advierte que «no vamos a tolerar que se recorte en estas especialidades que son necesarias. Las unidades de Inmunodeficiencias Primarias han salvado vidas».

Fuentes del Servet explicaron que la pediatra de esta consulta ocupaba una plaza de otra profesional en excedencia, cuyo regreso a su puesto ha supuesto el fin del contrato de sustitución de aquella. «Ahora estamos inmersos en una Oferta Pública de Empleo, por lo que cualquier decisión que se adopte tiene que ser forzosamente provisional. Se está buscando la mejor manera de resolver este problema, pero todos los pacientes serán atendidos en breve», aseguraron estas fuentes.

Existen cerca de 350 tipos diferenciados de inmunodeficiencias primarias con un amplio abanico de gravedad y sintomatología, con una prevalencia real desconocida. Tienen en común el alto número de infecciones que sufren los pacientes que las padecen y la complejidad de su manejo, por lo que requieren personal especializado.

Estas infecciones, además de ser numerosas en variedad y en cantidad, son más duraderas, más graves y se complican con mayor frecuencia que en la población general y responden peor al tratamiento.

«Esta situación supone un gran peligro para los pacientes diagnosticados y un paso atrás contra muchos que aún no disponen de diagnostico, tratamiento y seguimiento adecuado», subrayó Jiménez. En Aragón, se estima que alrededor de 170 personas estarían afectadas.