El Bajo Aragón acaba de cerrar una cosecha de aceituna para olvidar. El sector estima que la cosecha se ha reducido respecto al año pasado más de un 50%, aunque en algunas zonas como Belchite la campaña ha sido incluso peor. A pesar de la escasa recolección, los precios que reciben los productores por cada kilo de aceite llevan meses bajo mínimos. Tanto, que se encuentran por debajo de los umbrales de rentabilidad. El sindicato agrario UAGA ya alerta de que si esta situación se mantiene durante mucho tiempo la supervivencia de miles de explotaciones aragonesas estará en juego.

La mosca del olivo, que este año hizo acto de presencia en algunas zonas, también está detrás de esa mala cosecha, ya que se han reducido los rendimientos. Ahora, sin embargo, la mayor preocupación de los olivarerors aragoneses es la falta de lluvias. En este sentido, temen que la escasez de precipitaciones se prolongue, porque eso impediría una buena floración del árbol y repercutiría a la próxima campaña. «Hay que tener en cuenta que en Aragón casi el 80% del olivar está en secano, así que la climatología es fundamental», explica el responsable regional del sector en UAGA, Joaquín Morella.

La cosecha, sin embargo, no ha sido mala en todas las comunidades españolas. En Andalucía, de hecho, ha sido bastante buena en contraposición con los otros principales países productores como Italia, Grecia o Portugal, donde la recolección ha sido bastante baja.

Con todo, eso no ha hecho que los precios vayan al alza. Más bien al contrario, porque se sitúan en unos niveles «irrisorios», tal y como denuncia Morella. «El aceite de oliva virgen extra en origen se está pagando a 2,40 euros el kilo, mientras que hace solo cinco meses nos daban 3,25 euros», lamenta este oleicultor de Belchite.

El sindicato agrario achaca estos bajos precios a la especulación que hay en torno al sector y al poder que tienen las grandes cadenas de distribución para fijar las tarifas. «A nadie se le escapa que el aceite es un producto gancho», apunta Morella, que lamenta los movimientos especulativos que siempre en el sector: «Esto es peor que la bolsa».

UN EURO MENOS QUE HACE UN AÑO

Y es que tras los buenos precios registrados en la campaña 2016-2017, la pasada destacó por una bajada de un 24% de media, destaca UAGA. «El 2019 ha comenzado con un precio medio del aceite de oliva de 2,51 euros el kilo en origen, lo que significa un euro menos que un año antes», lamenta la organización.

De hecho, los precios que reciben los productores españoles son un 58% inferiores a los que se pagan en Italia. «Las cotizaciones de la categoría virgen extra en todos los mercados internacionales son superiores a las existentes en España», indica Morella.

Por todo ello, Morella considera que lo ideal sería un equilibrio. Que cuando la producción sea más baja de lo normal los precios no se disparen y que cuando la cosecha es muy buena no se hundan. En este sentido, hay que recordar que hace cinco o seis años muchas explotaciones estuvieron al borde de la quiebra debido a unos precios demasiado bajos. En esa época, el kilo de aceitunas se llegó a pagar a 1,90 euros, cuando una producción no es rentable por debajo de los 3 o 3,50 euros. En Aragón, unas 7.000 familias viven de este sector, según UAGA.