El Gobierno de Aragón ha reforzado la población de trucha autóctona en los ríos aragoneses mediante la protección de la especie fomentando su captura y suelta así como la repoblación de las aguas donde habita. Estas actuaciones se llevan a cabo con ejemplares de líneas autóctonas, prácticamente una por cada una de las cuencas hidrográficas de Aragón, criados en los centros de piscicultura que gestiona el Gobierno de Aragón.

Las repoblaciones se hacen en su mayor parte mediante huevos embrionados colocados en cajas Vibert biodegradables, así que «las truchas autóctonas nacen directamente en el tramo de río en el que van a vivir, con lo que su adaptación es muy buena desde las primeras etapas de su desarrollo», explicó el director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca, Ángel Berzosa.

Con este mismo objetivo de proteger las truchas existentes, «los últimos planes generales de pesca plantean cupos, medidas, cebos y artes muy respetuosos con la especie y potencian la modalidad de pesca más cuidadosa con la conservación de la trucha común que es la pesca en captura y suelta», añadió. Además, se han incrementado en gran medida los tramos de agua en los que esta modalidad es la única permitida para la pesca de la trucha.